Víctor
Moderador de Poesía Jocosa
La lectura despierta fantasía
y da pauta a recónditos paisajes;
es el paso quimérico de viajes
hacia un mundo impregnado de alegría.
Y también ilumina como el día
mostrando en nuestra mente los celajes
de la aurora en el tul de sus encajes,
que hace grata también la travesía.
Da solaz en el curso de las horas
como arrullo que emiten las canoras
en su vuelo, inclusive en campo agreste.
Y el brillo de la luz occidental
se esparce en el ambiente natural,
a través de la lámpara celeste.