Edith Elvira Colqui Rojas
Miembro Conocido
Las garras de la muerte me persiguen, sus ojos de vidrio,
me acechan.
¿Por qué debo pagar lo que no herí?
¿Por qué la vida se hace humo y tedio para mí?
Asustada como un lobo,
agazapada en su guarida, gimo.
No hay hombre
que entienda mi código de dolor,
no hay mantas, ni pedestales para mí
Sumergida en su poza de paroxismo
aleteo débilmente,
en la copa amarga
estoy sumergida hasta el cuello.
¡Cómo recuerdo
esos días de luz!
En qué las ventanas eran transparentes
y podía ver el amor de Dios.
Hoy mi cielo
se ha nublado,
su paisaje se ha convertido
de cardos sangrantes.
¡Oh, Dios mío!
Ayúdame a salir de estos negros pozos,
tírame una cuerda de salvación,
sofoca los gritos de los perros
que planean desollar mis carnes.
Autora Edith Elvira Colqui Rojas Perú Derechos reservados
me acechan.
¿Por qué debo pagar lo que no herí?
¿Por qué la vida se hace humo y tedio para mí?
Asustada como un lobo,
agazapada en su guarida, gimo.
No hay hombre
que entienda mi código de dolor,
no hay mantas, ni pedestales para mí
Sumergida en su poza de paroxismo
aleteo débilmente,
en la copa amarga
estoy sumergida hasta el cuello.
¡Cómo recuerdo
esos días de luz!
En qué las ventanas eran transparentes
y podía ver el amor de Dios.
Hoy mi cielo
se ha nublado,
su paisaje se ha convertido
de cardos sangrantes.
¡Oh, Dios mío!
Ayúdame a salir de estos negros pozos,
tírame una cuerda de salvación,
sofoca los gritos de los perros
que planean desollar mis carnes.
Autora Edith Elvira Colqui Rojas Perú Derechos reservados