ADMINISTRACIÓN
Administrador
Poema 32
…La entrega …
Aquella noche tan ardiente,
mis sentidos respiraban tu virilidad,
mis entrañas gemían tus deseos,
estimulante tu voz acaricia mis oídos,
y con potente frenesí embistes mi cuerpo.
Mi boca como la dulce miel
concedía tus deseos,
sin palabras nos amamos,
embriagados
con el fuego de la pasión consentida,
entrelazados en un eterno te quiero.
Nuestros besos el íntimo calor
del elixir lujurioso del deseo.
Cabalgas como bravío jinete,
y con dulzura espoleas mi vientre,
estremeciendo con lujuria mí ser.
Nos disfrutamos con fogoso deleite,
sofocados suspiros anuncian el triunfo,
nuestro sudor róseo las sabanas,
perfumándolas con el aroma del amor.
Con el aliento del deseo ardiente
nos buscamos,
consumiendo cada jadeo y suspiro.
y sin palabras nos atacó un te quiero.
Las estrellas testigo de las caricias mutuas.
sufrirán la ausencia de un lucero amante.
y
amanecimos junto al trémulo cansancio
de una noche de amor y placer,
olvidando la realidad y las penas.
y
amanecimos con nuevos instintos
llenos del amor de antes.
Recorremos nuestras pieles desnudas,
nos disfrutamos con miradas de malicias,
contemplando con el alma la luz del día.
y
soñamos juntos la supremacía
de repetir con ansias,
la entrega.
Autor : Idania del Coral Fumero
…La entrega …
Aquella noche tan ardiente,
mis sentidos respiraban tu virilidad,
mis entrañas gemían tus deseos,
estimulante tu voz acaricia mis oídos,
y con potente frenesí embistes mi cuerpo.
Mi boca como la dulce miel
concedía tus deseos,
sin palabras nos amamos,
embriagados
con el fuego de la pasión consentida,
entrelazados en un eterno te quiero.
Nuestros besos el íntimo calor
del elixir lujurioso del deseo.
Cabalgas como bravío jinete,
y con dulzura espoleas mi vientre,
estremeciendo con lujuria mí ser.
Nos disfrutamos con fogoso deleite,
sofocados suspiros anuncian el triunfo,
nuestro sudor róseo las sabanas,
perfumándolas con el aroma del amor.
Con el aliento del deseo ardiente
nos buscamos,
consumiendo cada jadeo y suspiro.
y sin palabras nos atacó un te quiero.
Las estrellas testigo de las caricias mutuas.
sufrirán la ausencia de un lucero amante.
y
amanecimos junto al trémulo cansancio
de una noche de amor y placer,
olvidando la realidad y las penas.
y
amanecimos con nuevos instintos
llenos del amor de antes.
Recorremos nuestras pieles desnudas,
nos disfrutamos con miradas de malicias,
contemplando con el alma la luz del día.
y
soñamos juntos la supremacía
de repetir con ansias,
la entrega.
Autor : Idania del Coral Fumero