Ingrid Zetterberg
Miembro Conocido

UN SOLO SER
Hombre solo y amado,
que cuentas las horas del encierro,
entre la alta ventana alambrada,
y la cama estrecha y profunda
que cobijó esta tarde
nuestros cuerpos.
Solo tú, sola yo,
persiguiendo los instantes,
que se escabullen
tras elevadas murallas.
Reuniendo las horas
que fugan veloces
para sumirnos
en un solo ser
irrevocablemente unidos.
Siento ternura
en tus árboles y tus gacelas
sombreadas por tu mano
de aprendiz solitario.
Y te amo.
Hoy fui tuya
en el blando verdor
que arrulló esta sed
de ilusiones mutua,
y fuimos uno
en complicidad con la tarde.
De mi poemario
"El canto de la tórtola"
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