Se corroen las llagas de mis dedos,
desgarran de mis huesos los quejidos,
y paran cuando vienen los recuerdos
de aquellos años, en que se ha sufrido.
Devoran cada vez los pensamientos,
el rostro se me nota distraído,
la imagen que antes iba de contento,
ha muerto, mi sonrisa se ha perdido...