En el cerro más alto de Valpo*,
Pancho (57, poeta y con garbo),
oyó en la radio, con rostro serio:
¡Terremoto y terror... y viene un tsunami, chiquillo, por el mar!
No hubo miedo, no hubo grito,
sino un plan brillante y singular:
¡Iré a esperarla con globito,
pa' saludarla altiro al llegar...