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Resultados de la búsqueda

  1. Yaneth Hernández

    Incosciente estrafalario

    INCOSCIENTE ESTRAFALARIO Se acabó la farsa te amo ¿Existe algún inconveniente? la bipolaridad de tus intentos tienen una canción que no ignoro, creo en el silencio creo en lo obvio. No exijas tempestad no naufragaré. Si todo quedó sellado nada me queda por hacer sólo pintorrear un gesto que...
  2. Yaneth Hernández

    Imagino

    Toco la sinfonía de tus lunas, el ritmo de tus labios siento el amanecer entre tus muslos emerjo de tu aliento, emborracho mi sangre de tus jaurías. Ciño al resplandor de tu boca las alas que crecen en mi cintura mientras el himno de tus respiro, entona en mi piel las ansias de asaltar con mi...
  3. Yaneth Hernández

    ¿quÉ oprime al mundo?

    De qué mundo hablamos, los hombres se acusan de ser débiles rebasan los límites de la razón abrazan utopías que no llevan a una auténtica solidaridad, todo es un cadalso de los hipócritas. Las armaduras se levantan contra el inocente las lenguas vituperan y los enemigos se esconden detrás de...
  4. Yaneth Hernández

    Las Últimas esquelas de mi vida

    Llovía a raudales entre las enaguas del parque, era una tarde sin nombre, un país de algún continente, y un sabor de soledad profusa. Mi vida se deslizaba entre la esquizofrenia de tu descuido y un par de silencios olímpicos cuando por una suerte de mártir te vi pasar engalanando las últimas...
  5. Yaneth Hernández

    Bailas en el umbral de mi insomnio

    Miro la marea en su elevada hermosura como el reflejo de tus ojos claros; como tus labios que amanecen sombreados. El viento te desnuda la sonrisa, allá en lo alto de una nube vuelves amarme con la piel recién estrenada. Tengo etéreas alegrías en mis manos de redes y unos años que conversan...
  6. Yaneth Hernández

    Tal vez una mañana

    No necesitaba vaciar mis pestañas para mirarte tampoco un termómetro para medir la temperatura de mi cuerpo cuando te acercabas intacto a la medianoche, supongo que sólo requería saberte en el epicentro de este cuerpo cansado, encender un cigarrillo cuando todo había terminado, y contar...
  7. Yaneth Hernández

    La noche que hicimos rimas

    Danzan las encías del miedo sobre el fino borde del ocaso cuando tu mirada es lívido clavel. Un tropel de recuerdos golpean mis sienes zigzagueando mis manos en el traspatio de la locura. La música de los álamos acaricia el follaje de tus cabellos que como alas de golondrinas besa el viento...
  8. Yaneth Hernández

    Maldito cuadro en movimiento

    Un silencio mortuorio abre mi alma cuando cada noche acudo a una pantalla de la que brotan dulces imágenes, ojos transparentes boca sugerente, y esa mirada que atraviesa el amanecer, entonces como un ritual pagano todas mis sensaciones comienzan alzar vuelo y cortan los hilos de la distancia con...
  9. Yaneth Hernández

    Las voces galantes del desamor

    Me decía un viejo poeta, de esos que siempre andan cavilando bajo las estrellas: mujer, de ojos adormecidos piel escondida entre la incertidumbre, murmura al filo de la nostalgia un verso con tonalidades ocultas, que sólo un alma barda pueda comprender en su más íntima silaba, erotiza la rima...
  10. Yaneth Hernández

    Camino al sepulcro

    En tus manos de blanca rima, claudica mi llanto. El invierno atrapado en las pupilas de la noche, sopla su melancolía hasta la caverna de la luna mecida por el cintillo del infinito, y tú, apoltronada en la bóveda de mi mente inmutable como dioses incas, aguijoneas con tersa agonía mis sueños...
  11. Yaneth Hernández

    Amor

    Amor de luna y rocío, figura eterna del alma, épica belleza que nunca muere en las leyendas; sobrevive al holocausto del olvido, y se transforma en florido otoño. Tiene las venas de cristal y lumbre en el insomnio, materia empírica de los griegos penitencia de los bardos, construye imperios...
  12. Yaneth Hernández

    Inmóvil silencio

    Enséñame el agua de las caracolas, la sal de una lágrima una libélula de rayas. Abrázame bajo las estrellas de Arabia, que tengo el pecho tatuado de esperanzas, volemos en aeroplanos de pieles. En mis retinas te encuentras desnuda, y una sonrisa de Mona Lisa. Comienza una relación turbia...
  13. Yaneth Hernández

    El artista

    EL ARTISTA Una mujer desnuda sobre un lienzo, orgásmica, besada por el pincel de el artista, es una obra por su propia naturaleza. La luz contrasta con el brillo de sus pupilas, sus muslos ocres su caballera negra mate, la difuminación de sus labios al viento, y la fuerza emergente, de sus...
  14. Yaneth Hernández

    Carnes hambrientas

    Tempestad, en los suburbios de mi cuerpo, se desgarra mi piel al contacto de tu mirada me evaporas, la arquitectura de mi firmeza se desploma vibro en los segundos de tu pestañear, el tiempo se deprime en un rincón. Mis brazos se deshacen al roce de tu cintura ardo estallo, un animal al asecho...
  15. Yaneth Hernández

    Canto Hondo

    Añoro las golondrinas curtiendo el infinito, los barcos nostálgicos, los besos de la aurora... en las mañanas de invierno el fuego latente en la chimenea, y tu abrazo después del cansancio. Viajar a tus ojos, sentir la eternidad en ellos resucitar en tu voz. Si un día te perdiera, moraría en...
  16. Yaneth Hernández

    Amor

    Amor, tenerte es lucidez para mi alma alegría de una llama. _ Las lámparas de mis ojos mueren, retorna con tu luz ámbar. Te he buscado en todos los mundos, no es mi culpa que la efigie de tu perfil; no parezca de este planeta. ¡Ay dioses del Olimpo cómo encontrarla! Si las sendas que cruzo...
  17. Yaneth Hernández

    Bésame

    Bésame el umbrillo de mi eternidad descose lentamente con tus labios, el mañana que no pretendo vivir sin la magia, de tu despertar. Bésame el abecedario que descifra mi pasión por ti, y cuando las alondras cambien su destino, deja caer tu camisón frente...
  18. Yaneth Hernández

    El santuario

    Esta luz que intuye mis sentidos. Arde en lo íntimo de mis venas, apaga mí ansiedad, tiene una contextura de otoño me hace entender los mitos. Y en ella apareces tú, crisálida en los bordes del nacimiento llevando el timón de mi locura, volando palomas bajo la lluvia. Conviertes la luz en...
  19. Yaneth Hernández

    Ángel azul

    Era un ángel azul que le encantaba salir a pasear con su gatito Pepe. Un día lo invitaron a una fiesta de arcángeles al sur del cielo, pero el ángel azul no tenía dinero para el obsequio, entonces diseño un plan para obtenerlo. Decidió sentarse a las puertas de una antigua iglesia y vender...
  20. Yaneth Hernández

    El poeta

    Tengo en mi libreta, unas frases inconclusas, incoherentes, grises / no pierdo la pésima costumbre de escribir en depresión, quizá nada tenga sentido realmente / miedo silencio demencia / algo de Beckett, Pirandello. Nada que no pueda ser razonable o a lo mejor un par de metáforas de lánguida...
  21. Yaneth Hernández

    Padre mío

    Siempre miré tu rostro agrietado, con la piedad de mi inocencia. El silencio era tu mayor olvido para mí; nada anhelaba más que tus abrazos ausentes. Tu promesa, de volver alguna vez, quedó en el aire; crecí esperándote bajo el candil. A veces escuchaba tus pasos, pero sólo era mi...
  22. Yaneth Hernández

    Aunque

    Aunque mis manos se cubran de nada, y una muerte apocalíptica en puerta espera, te siento cercana a los latidos de mi existencia, y sé que el tiempo comienza a encorvar mi sombra, y los recuerdos son más incisivos. Te siento cerca de mis céfiros y un nudo de insolente pasión me incomoda. En el...
  23. Yaneth Hernández

    Una misa de deseos

    Enajenada de excitación cubro mi boca con la espesura de la noche. Se abre mi vena la que trenza mi vientre. Las raíces que nacen de mi piel abarcan mis pechos que se alzan a lo desconocido. Se cierra el ciclo temblando mi cuerpo. Al amanecer se inicia una misa de deseos junto a la hostia...
  24. Yaneth Hernández

    Buda y el discípulo

    Una tarde de fresco otoño Buda reposaba bajo un higüero, cuando un discípulo inquieto se acercó al maestro sigilosamente: _ Disculpe maestro, traigo dudas en mi mente que me hacen ansioso. Buda lo miró con la serenidad de una hoja al volar y respondió: _ ¿Ves aquella porción de tierra fértil...
  25. Yaneth Hernández

    Prodigio

    El prodigio de unas manos desnudas tocando la espalda de la luna, la armonía de un cofre de luciérnagas y un vals de besos robados, es todo lo que cuentan mis noches. Sonámbula la estrella, que me divisa solitaria con cantatas de luces, el viejo bar donde quedó tu perfume, y las calles muertas...
  26. Yaneth Hernández

    Trozo de mármol

    Una liturgia, de mariposas helénicas, juegan entre temblores de luz alba. Se escucha el viento recitar una tonada, es Andrés Eloy Blanco poeta, de esencia blanda. A mi alma, la ensancha un cielo poblado de oro camarín, que cobija las penas de un águila muerta...
  27. Yaneth Hernández

    Usted

    Usted desde el fondo de la noche, anima las redes insaciables de la imaginación, el fuego lejano de soñarle entre los labios de una sonrisa, y caminar sonámbula por los abismos de su sombra. Usted grita en las ruinas de mi locura, en esa solitaria luna que se desnuda ante el brillo de sus...
  28. Yaneth Hernández

    Madre

    Madre, resucita el otoño tu luz, tu carne extraño, llegan a mi tus jazmines tu voz dulce, tu mirada serena, exhala llanto mi pecho blando. Arrugada bajo la luna soy lo que fuiste ayer, mi amparo tenias no tengo nada de ti. Madre, el cielo lirio, templo de tu esencia, allí pernoctan tus...
  29. Yaneth Hernández

    Los ardores de mi fuente

    Cada noche siento llegar tu piel vacía en sus raíces, desprendiendo el último polen de su tesitura. Aquí te espero, con manos abanderadas, el agua de mis besos y un cantar de deseos, que le arranca a las estrellas lágrimas de viento. Benditos pájaros que su volar no me dejan ver la...
  30. Yaneth Hernández

    La blancura del amanecer

    Cuando la tarde teje el estío entre las alas de las mariposas, tu perfil se ensambla en el vuelo de una alondra que exhala libertad. Pareces emerger de un vitral bizantino, de una jofaina oriental, de las rosas que reposan en los templos y de cada hilo de luz que bautiza la tierra en su cándida...
  31. Yaneth Hernández

    Creo escuchr la octava sinfonía de tu distante beso

    En una noche escrita por Benedetti, mis lágrimas corrían. Caminé bajo la luna preñada de luz y me desnudé de melancolía. Te encontré en un templo llamado estrella parecías lúcida, como un cristal que gira en el fondo de un joyero dormías. Abrace el silencio, que en tus ojos agonizaba, tenias la...
  32. Yaneth Hernández

    Mujer Bravía

    Para ti mujer en tu día. *********** Mujer de abolengo de pechos desnudos, con grito aborigen defiendes el trigo. Por una corona somos guerreras con arco y flecha luchando la tierra, parimos grandeza desde la pampa hasta la sierra. Con mate amargo nos hacemos bohemias, ilustres indias con...
  33. Yaneth Hernández

    Ámame ahora

    Escribe, de tu alma nácar. El silencio sucumbe, y yo estoy muriendo. Abrázame bajo las ánforas justo cerca del corazón marchito, de la copa de tu boca mi sed se sacie. Te espero deshojada, acércate, la luna se eclipsa, y yo desaparezco, no temas, hay un universo que nos aguarda, nuestros...
  34. Yaneth Hernández

    Mi fracaso bajo la luz

    He renunciado a ti, como el cielo a las aves. Te creí amapola al amanecer, eran ilusiones de un alma enamorada que brillaba, en las ánforas de tus ojos. Te marchaste de los velos de mi piel con una sonrisa que abrió heridas a mi esencia, y te imaginé blanca como una luna de playa, me di...
  35. Yaneth Hernández

    En el fragor del tiempo

    Por los mil faros que alumbran los horizontes del mundo, mi alegría te entrego. Una bandada, de suspiros guindo sobre los rayos de la luna, con el sutil anhelo de que escuches mi canción al final del arcoíris. Pinta, la aurora el ocre de sus hilos en el altivo viento, tu nombre arrullo, y...
  36. Yaneth Hernández

    Hoy mi camino es distinto

    De las lágrimas silentes los muertos se escapan, de los sueños que son un mapa perdido el errante hace un techo. Yo vivo en los libros de los ilustres, desde Víctor Hugo hasta Sábato buscando las quimeras de sus agonías. Confío los pesares de mis años, a lo que he vivido entre lo claro, y lo...
  37. Yaneth Hernández

    Madre

    Madre, resucita el otoño tu luz, tu carne extraño, llegan a mi tus jazmines tu voz dulce, tu mirada serena, exhala llanto mi pecho blando. Arrugada bajo la luna soy lo que fuiste ayer, mi amparo tenias no tengo nada de ti. Madre, el cielo lirio, templo de tu esencia, allí pernoctan tus...
  38. Yaneth Hernández

    Te amo, sí, te amo

    Tantas veces la mire deshaciendo el viento, besando sus sienes murmurando en sus labios. Tantas noches rozando su aliento, cultivando su campo escribiendo sobre su luz, calmando los calambres de la piel, fingiendo la indiferencia de su mirada. Fueron muchas las lunas que la vieron desnuda en el...
  39. Yaneth Hernández

    La duda

    Sentí las punzadas de tu adiós, el retorno de la hoguera las frases de Baudelaire. Desperté bostezando lágrimas, coreando maldiciones creyendo en los naufragios. Vi la cripta de mi boca oraba silencios, deshojé cometas y luego grite amarte. Después que el cielo retornó a su hostia, comencé a...
  40. Yaneth Hernández

    Amanece sobre el cerezo de tu pecho

    La primera frase, de tus sánscritos labios, es el silencio que bautiza, los besos nacientes de tu aliento melódico, y la saliva perfumada, de los adentros de tu éter. Mis ojos, como un ritual de destellos cósmicos, deliran en la magia, que desprenden las mariposas, con alas de tu piel. De tu...
  41. Yaneth Hernández

    Las perlas de tus carnes

    Yo tengo fiebre de aquellos besos, de la sal de aquellos labios, de la mano nácar que apriete mis ganas; de esa flecha que cruza tu alma. Quiero ser la esencia del núbil de tu anochecer, de los vapores celestiales que el cielo te brinda, y de la fascinante enredadera que en tu espalda nace...
  42. Yaneth Hernández

    Soy poema...un verbo

    Mi propia existencia ha sido una oración verbal de la vida, con el continuo desborde de mis sensaciones, sentimientos y acciones ante las que ceden mis muros internos, mi cuerpo intentando capturar el espíritu, los lentos derrumbes provocados por mí misma, por mis propias acciones o aquellas...
  43. Yaneth Hernández

    Pletórica batalla

    Candiles de lágrimas conjugan la noche, en una sinfonía de espejos y luces. Las pieles se desabrochan, cae el velo de la pasión, con pétalos de caricias, que recorren las siluetas del amor. Te miro, me miras y el universo se hace fuego en un encuentro sublime de sexo y ardores. Buscas mi...
  44. Yaneth Hernández

    Los ardores de tu cuerpo

    Tu boca, rima con los versos de la noche, en una sinfonía, de perfumes orientales. Se inmortaliza, tu belleza, sobre un broche de zafiros, suscitando un himno imperial, entre las franjas de las nubes y la reverencia de la luna, en nobleza innata que te empapa, de soberbia luminosa. Mi sangre...
  45. Yaneth Hernández

    Brujilda, la brujita

    Bruja voladora con escoba de cartón, sombrero de algodón y nariz de trombón. Vuela, vuela, bruja de madera, llega a las nubes, roba una estrella, para tu pócima de amor. La bruja se enamoró de un pelícano que salta como pájaro loco, desgarbado y sin plumón. Tenebrosa y fea es la bruja...
  46. Yaneth Hernández

    Tu perfil de aire sevillano

    Soy álgebra, en un mundo desnudo, con poesía creadora, de labios y ensueños, que contempla una flor en el viento, febril de los juglares y una incipiente alegría, en la trémula madrugada. No tengo entre mis páginas, una golondrina de Bécquer ni la sapiencia de Séneca cuando mi musa rompe la...
  47. Yaneth Hernández

    Las esposas de Rabhit

    LAS ESPOSAS DE RABHIT Rabhit era un rico comerciante que vivía en Riad, capital de Arabia Saudita custodia de la ortodoxia musulmana, centrada en torno a las ciudades santas de la Meca y Medina, con grandes reservas de petróleo que determinan su importancia. Rabhit poseía una bella...
  48. Yaneth Hernández

    Ahoga mí desasosiego

    Desnúdate bajo el candil que la luna se mece en soledad, vierte tu piel sobre mis ansias. Calla, que es estridente el viento, y no existe ventana que lo detenga, solo tu silencio bajo mis aguas ahoga mí desasosiego. Abrázame con tu cuerpo en batalla. Quiero fortificar mis ganas, con los...
  49. Yaneth Hernández

    Reflexiones en una tarde de abril

    Era la noche, tan huérfana, que colgaban de ella cinturones de lágrimas; la oscuridad, era un monumento fúnebre a todo aquello, que deambulaba en lo tétrico, con letreros convidantes a la muerte. Se proyectaba a lo lejos, una luz uniforme y dorada, confundida, con los ojos vacíos de los...
  50. Yaneth Hernández

    Las antillas de mis venas

    Te miras, atrapada en el espacio, yo toco campanas mientras, las mariposas juegan con las sombras. El cielo, destila goce entre sus frutales luces, el zumo de la tarde, hace un cóctel de tus labios y tu colina, amamantada de perfume jubiloso, pesca una canción tan antigua, como mis varices...
  51. Yaneth Hernández

    Rosa de afrodisíaca belleza

    Rosa de afrodisíaca belleza, en tus pétalos, el viento teje mantos de cristales, renaciendo en su numen ancestral, una sinfonía de Hendel que abraza la raíz quimérica, de tus antepasados. Y la lluvia, en danza derviche, roza su aroma en un canto etrusco, desencadenando, un orfeón de olores...
  52. Yaneth Hernández

    Te amo - Evento San Valentín 2015

    Te amo cual gaviota ama la libertad del cielo, como aquel que en su andar solitario conversa con el silencio, como el niño que abriga sueños en noches ausentes. Te amo como la tempestad hace suyo el rayo, como la sangre que derramó Cristo sobre la cruz, como el grito de la parturienta...
  53. Yaneth Hernández

    Mis raíces

    Níveo, con tu beso metafórico, oblicuo, como luz nativa constelas mi piel. Te deslizas con la promesa de amarme. El viento con música de Verdi rompe el alambre del silencio. Te miro en la vanguardia del amanecer. Ahora dulce pernoctas. Los rayos oro se cuelgan de las nubes, cual lámparas giran...
  54. Yaneth Hernández

    Volver a amar

    Volver a amar en el claroscuro de la inmensidad, volver a soltar las amarras del alma, y quedar anclada en el sortilegio de tu mirada. Hoy me encuentro bajo el sol naciente, de nuevo libre, de nuevo viva, de nuevo creyendo en el rosario infinito de unos labios que pronuncian mi nombre con...

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