Oda a un hombro
(Soneto en alejandrinos)
El satén se desmaya por el cantil moreno.
Acosando a mi pálpito, va una graciosa blonda
que separa la orilla del clandestino seno
y el envés sugerente de la espalda redonda.
El satén se desmaya, incitando al veneno
que supura agitada la escarlata...