Jorge Toro
Miembro Conocido
Y nada finalmente conseguí con amarte,
todos, todos empeños, fueron siempre banales,
todos, todos fervores, semillas de pesares,
y mis ilusos sueños, tontos por irreales.
Tan sólo me ha quedado este inmenso vacío;
una amarga experiencia y algo bajos los bríos,
un claro raciocinio que me llegó tardío;
y en mi ajado costado un excesivo frío.
¡Rotundamente nada! es la frase certera
para cuanto quedó de mi insensata meta;
de la torpe quimera de esta cabeza hueca,
de mi ingenua codicia, tan necia como terca.
Hoy caí de la nube y retomé mi trocha
e íntegra tu figura saqué de mi memoria,
logré desdibujarte, borrarte de mi historia;
y enterré para siempre esa etapa ominosa.
Nada importa mujer que me traiga el azar
y hacia donde me vaya menos importará,
mis estériles sueños liquidados están…
ya buscaré un lugar, no llevo mucho afán.
Iré al final igual, tras alguna quimera,
para luego escribir ídem negro poema.
todos, todos empeños, fueron siempre banales,
todos, todos fervores, semillas de pesares,
y mis ilusos sueños, tontos por irreales.
Tan sólo me ha quedado este inmenso vacío;
una amarga experiencia y algo bajos los bríos,
un claro raciocinio que me llegó tardío;
y en mi ajado costado un excesivo frío.
¡Rotundamente nada! es la frase certera
para cuanto quedó de mi insensata meta;
de la torpe quimera de esta cabeza hueca,
de mi ingenua codicia, tan necia como terca.
Hoy caí de la nube y retomé mi trocha
e íntegra tu figura saqué de mi memoria,
logré desdibujarte, borrarte de mi historia;
y enterré para siempre esa etapa ominosa.
Nada importa mujer que me traiga el azar
y hacia donde me vaya menos importará,
mis estériles sueños liquidados están…
ya buscaré un lugar, no llevo mucho afán.
Iré al final igual, tras alguna quimera,
para luego escribir ídem negro poema.