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El dolor de una viuda

Doña Ines maldice el destino con el cuerpo sin vida de su marido en sus brazos, muerto en un duelo por defender su honor:





Mueres por una ofensa maliciosa
lanzada por injusto caballero
celoso del amor, el verdadero
acunado por vida tan gozosa.


En mis brazos escapa dolorosa
la esperanza de tiempo venidero
como llama extinguida de yesquero,
tan lúgubre y pesada como losa.


Hierro templado, frío como muerte
en su pecho marcaste mi destino
con ese alma ganaste compañera.


Negro viaje, maldita esta mi suerte
velatorio de eterno peregrino
triste blasón cosido a mi bandera.
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Doña Ines maldice el destino con el cuerpo sin vida de su marido en sus brazos, muerto en un duelo por defender su honor:





Mueres por una ofensa maliciosa
lanzada por injusto caballero
celoso del amor, el verdadero
acunado por vida tan gozosa.


En mis brazos escapa dolorosa
la esperanza de tiempo venidero
como llama extinguida de yesquero,
tan lúgubre y pesada como losa.


Hierro templado, frío como muerte
en su pecho marcaste mi destino
con ese alma ganaste compañera.


Negro viaje, maldita esta mi suerte
velatorio de eterno peregrino
triste blasón cosido a mi bandera.

Javier y como para no doler esa ausencia,siempre se sufre la ausencia del amor mas cuando es arrebatado por el destino,preciosos versos,muy buenas rimas una historia que aunque longeva la has llevado de maravilla,gracias por compartir,un beso grande.
 
Un magnífico soneto de contenido profundo y triste, esas vidas de los seres queridos que son arrebatadas de manera tan injusta. Felicitaciones poeta Javier Tomas por estos maravillosos versos, se le saluda atte.
 
Doña Ines maldice el destino con el cuerpo sin vida de su marido en sus brazos, muerto en un duelo por defender su honor:





Mueres por una ofensa maliciosa
lanzada por injusto caballero
celoso del amor, el verdadero
acunado por vida tan gozosa.


En mis brazos escapa dolorosa
la esperanza de tiempo venidero
como llama extinguida de yesquero,
tan lúgubre y pesada como losa.


Hierro templado, frío como muerte
en su pecho marcaste mi destino
con ese alma ganaste compañera.


Negro viaje, maldita esta mi suerte
velatorio de eterno peregrino
triste blasón cosido a mi bandera.
Una entrega muy intensa, estimado Javier,
me encantó el preámbulo, justo como si fuera una escena de teatro.
Un fuerte abrazo! Ha sido un verdadero placer pasar! :)
 
Doña Ines maldice el destino con el cuerpo sin vida de su marido en sus brazos, muerto en un duelo por defender su honor:





Mueres por una ofensa maliciosa
lanzada por injusto caballero
celoso del amor, el verdadero
acunado por vida tan gozosa.


En mis brazos escapa dolorosa
la esperanza de tiempo venidero
como llama extinguida de yesquero,
tan lúgubre y pesada como losa.


Hierro templado, frío como muerte
en su pecho marcaste mi destino
con ese alma ganaste compañera.


Negro viaje, maldita esta mi suerte
velatorio de eterno peregrino
triste blasón cosido a mi bandera.
Vuestro crecimiento es garrafal!

Mi admiración por el, tan, grato vocabulario manejado!

milord, ha sido un gusto!

saluti!
 

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