JAVIER TOMAS
Sub Administrador
Doña Ines maldice el destino con el cuerpo sin vida de su marido en sus brazos, muerto en un duelo por defender su honor:
Mueres por una ofensa maliciosa
lanzada por injusto caballero
celoso del amor, el verdadero
acunado por vida tan gozosa.
En mis brazos escapa dolorosa
la esperanza de tiempo venidero
como llama extinguida de yesquero,
tan lúgubre y pesada como losa.
Hierro templado, frío como muerte
en su pecho marcaste mi destino
con ese alma ganaste compañera.
Negro viaje, maldita esta mi suerte
velatorio de eterno peregrino
triste blasón cosido a mi bandera.
Mueres por una ofensa maliciosa
lanzada por injusto caballero
celoso del amor, el verdadero
acunado por vida tan gozosa.
En mis brazos escapa dolorosa
la esperanza de tiempo venidero
como llama extinguida de yesquero,
tan lúgubre y pesada como losa.
Hierro templado, frío como muerte
en su pecho marcaste mi destino
con ese alma ganaste compañera.
Negro viaje, maldita esta mi suerte
velatorio de eterno peregrino
triste blasón cosido a mi bandera.