El ultimo guerrero

Por ti ya se deshojan mis ojos,
mis ojos visionarios
mirando lo que me está prohibido.
Desde mi ventana mis ojos
su emoción despliegan
y sin querer herir…hieren mucho
cuando su entorno también deshojan.
Tu alcoba tan distante de la mía
logran mis ojos deshojar,
así tus paños revolando a mí llegan
y me abrazan como la drosera
envuelve al insecto.
Es mi cómplice el espejo…¿Veis su cristal?
¡Roto está!...Y así entre la vaguedad
del mutis mío logro encuadernar
su lenguaje de azogue: etéreo, volátil…
Y una nueva luna resurge de mi fémur roto
con flashes celestes ¡cual arco de amor!
¡Ay! pero qué hirientes sus vidrios dispersos,
para estropear más mis ojos!
Y la lámpara que bien supo arder con óleo
de la más preciada cera hoy está trémula
y desprende humos inhumanos…¡cual tú!
Mas te veo a ti y tus perfiles íntimos,
te veo tan cerca:
al alcance de mis manos
te toco en mis sueños
y me consume el regio temple tuyo
que tanto ha deshojado
los mustios ojos míos!
Y vagan mis ojos tan salidos
traspasan tus enojos, se quedan otoñales…
¡Ay, mis ojos deshojados, tan de ti...!

drosera: planta carnívora


Mariluz Reyes