isidro4755parra@gmail.com
Miembro Conocido
Aquello sólo fue el comienzo
venían jinetes desnudos
cabalgando sobre corceles vaporosos,
desmenuzando el aire con sus huesos.
Con sus cascos
herían la piel de la tierra.
Se acercaban,
sus rostros, máscaras cadavéricas.
Sus gritos,
eco profundo, escalofriante.
La noche
huía aterrada y silenciosa,
un presentimiento me aterraba.
Creí haberlos visto en mis sueños
y haber palpado con mis manos
las cuencas de sus ojos,
el frío de sus cuerpos.
Mis sienes se dilataban,
La sangre se agitaba.
¡ Quise huir!
algo me detenía.
¡ Quise gritar !
mis gritos se escondían.
Presentimientos, dudas,
llegaron hasta mi
y entonces comprendí
mi angustia, mis temores,
no eran sino verdad.
Los jinetes siniestros
de aquella pesadilla
eran como los sueños
¡ Emisarios sin nombre
de lo desconocido !
05/02/2014
YSIDRO PARRA _ VENEZUELA
RESERVADOS DERECHOS DE AUTOR.
venían jinetes desnudos
cabalgando sobre corceles vaporosos,
desmenuzando el aire con sus huesos.
Con sus cascos
herían la piel de la tierra.
Se acercaban,
sus rostros, máscaras cadavéricas.
Sus gritos,
eco profundo, escalofriante.
La noche
huía aterrada y silenciosa,
un presentimiento me aterraba.
Creí haberlos visto en mis sueños
y haber palpado con mis manos
las cuencas de sus ojos,
el frío de sus cuerpos.
Mis sienes se dilataban,
La sangre se agitaba.
¡ Quise huir!
algo me detenía.
¡ Quise gritar !
mis gritos se escondían.
Presentimientos, dudas,
llegaron hasta mi
y entonces comprendí
mi angustia, mis temores,
no eran sino verdad.
Los jinetes siniestros
de aquella pesadilla
eran como los sueños
¡ Emisarios sin nombre
de lo desconocido !
05/02/2014
YSIDRO PARRA _ VENEZUELA
RESERVADOS DERECHOS DE AUTOR.