Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
La estupidez humana es infinita.
No le digas jamás a una persona
que el que escuche tu charla te levita,
porque puede sentirse faraona
y pensar que sus gestos son mandato.
¡No me sea, señora, tan mandona
pues carezco yo a veces de recato
contemplando sandeces cual la suya.
Si parece no cisne sino pato,
aunque al ser no pequeña casi es grulla.
¡Qué sandez!, mire usted, se lo repito
tan enorme e insisto que no es puya!
Es la pura verdad, me importa un pito
lo crea o no lo crea, amiga mía.
No le añado una coma, ni la quito,
si digo que meriende con su tía.
Me gasto cual me place mi dinero,
no compro que ninguna me sonría
pues soy, téngalo en cuenta, un caballero.
No le digas jamás a una persona
que el que escuche tu charla te levita,
porque puede sentirse faraona
y pensar que sus gestos son mandato.
¡No me sea, señora, tan mandona
pues carezco yo a veces de recato
contemplando sandeces cual la suya.
Si parece no cisne sino pato,
aunque al ser no pequeña casi es grulla.
¡Qué sandez!, mire usted, se lo repito
tan enorme e insisto que no es puya!
Es la pura verdad, me importa un pito
lo crea o no lo crea, amiga mía.
No le añado una coma, ni la quito,
si digo que meriende con su tía.
Me gasto cual me place mi dinero,
no compro que ninguna me sonría
pues soy, téngalo en cuenta, un caballero.
Última edición: