JULIO CUADROS CASTILLO
Miembro Conocido
Los labios del amor
Tardes de miel de alabastros que me hablan
de lo fresca que será la luna de queso,
tengo el sol dentro así que hago lo que no quiero.
Quemo y ardo en amor
así que, si te beso,
si te agarro el culito
no es por caliente,
es por un sentimiento demente
que tiene a la razón ausente.
Luna que sales llena de azares
pura vestida de candidez,
te abrazo apenas veo tu llegada,
aquellos pájaros que cantan una balada conocida,
el mar que no apaga las llamas de mi ciudad
Ven a mirar los atardeceres que hice para ti,
vamos por los techos a saltar,
a correr mariposas en pleno volar,
mientras me besas,
mientras yo te beso.
Los hilos de plata de tu traje se están rompiendo,
las desnudeces de dos almas sencillas que piden amor,
camino entre los montes del sur,
bajo a las orillas de todas las playas,
camino a besos cada lugar escondido
bordeando el triangulo de la bermudas,
entro en la quimera de tus emociones,
muriendo y renaciendo
como el fénix dentro de tu jaula.
Ambos estamos en la magia de la literatura,
que los poemas son pocos,
cuando tu me besas
los poemas son nada,
sino te digo que:
primero te beso, luego existo.
Julio Cesar Cuadros Castillo
Tardes de miel de alabastros que me hablan
de lo fresca que será la luna de queso,
tengo el sol dentro así que hago lo que no quiero.
Quemo y ardo en amor
así que, si te beso,
si te agarro el culito
no es por caliente,
es por un sentimiento demente
que tiene a la razón ausente.
Luna que sales llena de azares
pura vestida de candidez,
te abrazo apenas veo tu llegada,
aquellos pájaros que cantan una balada conocida,
el mar que no apaga las llamas de mi ciudad
Ven a mirar los atardeceres que hice para ti,
vamos por los techos a saltar,
a correr mariposas en pleno volar,
mientras me besas,
mientras yo te beso.
Los hilos de plata de tu traje se están rompiendo,
las desnudeces de dos almas sencillas que piden amor,
camino entre los montes del sur,
bajo a las orillas de todas las playas,
camino a besos cada lugar escondido
bordeando el triangulo de la bermudas,
entro en la quimera de tus emociones,
muriendo y renaciendo
como el fénix dentro de tu jaula.
Ambos estamos en la magia de la literatura,
que los poemas son pocos,
cuando tu me besas
los poemas son nada,
sino te digo que:
primero te beso, luego existo.
Julio Cesar Cuadros Castillo
