MUJER (Feliz día)

Leyendo los amarcelados versos
de marecela amafaldada,
en estrofas sin silencio
de risa crujen mis huesos.

Al intentar entender
el persanamarcelado
canto de este revoltijamiento
inverso e invertebrado,
el resultamiento de la lectura
fueron los sesos
medio toroataramentados
por el esfuerzo.

Pero que mejor receta
para cada momento,
amigo no vaya al médico,
pal angustiamiento cual mejor
receta que una buena marceleta
pa terminar amarceleteado.

Pero si es lo contradicho
y quiere pasarse
de un estado jolgorioso
a un depresentioso,
no sea usted tan baboso
no busque pastillas depresentantes,
que Santa Marcela es representante
de los mejores versos melancoliosos,
aunque su fuerte
son los alegrementeados amarcelentados
en pastillas y en supositorios.

Ve usted, mejor doctoramenta,
¿dónde?
Si lo aconsejo es porque
yo ya estoy vacunado
contra todo lo que no quiera,
porque al leerla,
aunque no quiera
es vacunado sin darse cuenta.


Ella alegra a enfermos y sanos
sin importar los momentos,
pues en su mano lleva
la bendición del amarcelamientopersaniano
o al revés: persanoamarcelamiento
que es más corto como ve
y en sus maletas
varias sobredosis de marceletas.

Si, así es ella:

Ángel que llora de alegría
lagrimas como diamantes
cortados
en forma de perlas, sería
un mar de dulces brillantes
colgados
en punta de sus cabellos,
llenos de un sol y una luna
inmersos
en la luz de sus destellos,
para hacer de fuente: laguna
de versos.

Mmmmm, este no puedo decir que es mío porque yo sólo lo escribí.

29/Sep/2014

 

POETA AMIGO

Hoy,
un opaco rayo de luz
alumbra mis letras,
mis tristes palabras,
llora mi corazón.

Perdido en la sinrazón
y extraviado en el momento,
sin poner orden en las ideas,
por este dolor que siento,
y este llanto que dejas en la poesía.

Con cálida tinta
que emana de mi alma,
me despido de ti,
sin darte un adiós
y sí un: Luego te veo.

Amigo poeta,
que tanto me dijiste,
que tanto me inspiraste y
que en tus letras,
en algún momento tu vida leí.

Sí, las leí y las entendí,
en trozos de ése tu dolor,
poemas fecundos,
a un Angel que te acompañó
durante muchas primaveras,
y montones de veranos,
pues delante de ti
tu verdadero amor te dejo.

Cuando la vida va enserio,
consciente de las reglas de Cronos,
una despedida sin fundamento,
la desolación de una partida,
siempre nos quiebra el alma,
siempre nos rompe el camino,
siempre destroza la vida.

En cada letra
que de tus poesía nos dejas,
tu amable sonrisa,
tu bella armonía,
tus frases alegres,
nos acompañarán,
en cada instante,
en cada día.

Amigo…
sí...
te escucho...
te escucho susurrarme...
has dejado un poema
debajo de mi almohada?
Gracias querido amigo,
querido hermano,
querido Poeta,
siempre presente.

Adiós Osky Flors….


Miguel Angel Valenzuela García.
México, D.F.
Octubre 2015
Derechos reservados del autor.