DR Jose Roberto Hernandez
Miembro Conocido
Fecundacion: Genuina competencia
Mandy, el mas presumido de los espermatozoides, llevaba un par de dias dando los toques finales a sus piernas, su preparacion fisica estaba casi al punto elite para la larga carrera y los numerosos obstaculos que le esperaban. Habia estudiado muchisimo el camino y vigilaba los demas corredores para trampear sus tecnicas y procular que la estrategia que se habia trazado no fallara. Solo faltaba peinarse y afeitarse un poco, la tenue barba que comenzaba a crecer y tal vez su doncella estuviera incomoda en el primer beso.
Cuando se abrio la puerta, pudo ver a muchos contendientes salir delante con el mismo impetu que el le pondria a la carrera.
Mientras corria, una ola de pasion envolviole y perdio totalmente el control, sintiendo a muchos caer a su alrededor.
Cuando pudo recuperarse, vio a tantos como el dandose por vencidos, otros miles inhabilitados para seguir y cientos ahogados de calor.
En verdad el cambio de temperatura no le afecto lo que esperaba, pero si tuvo que calzarse con unas botas altas que encontro al borde de la acera, pues los charcos del nuevo suelo, le quemaban un poco los pies.
Miro a los lados y advirtio que solo unos pocos habian sobrevivido al enorme tsunami que los arrastro a una tierra esponjosa, donde para caminar o correr habia que tener una tremenda musculatura de piernas.
Cuando entro al tunel, sintio que casi llegaba, aunque aun no veia a su prometida y solo Ernesto su mejor amigo era ahora su competencia.
Sintieron unos pasos donde el pasillo se curvaba y un inmenso olor a lo mas agradable que habia experimentado se apodero de ambos.
Se miraron uno al otro para comenzar la ultima pelea. Fue entonces que el recordo toda su infancia, todas sus meriendas compartidas con Ernesto, su casi hermano y que una vez pusiera su vida en riesgo, para aguantarlo en una antigua y falsa carrera.
Se dejo golpear y Ernesto clavo su ultima estocada en su pecho irguiendose triunfador.
Aparecio la silueta frente a ellos y al menos tuvo su ultimo aliento para admirar semejante belleza. Se dejo morir mientras una sonrisa y una lagrima compartian su rostro en su cuerpo tirado en el piso del corredor.
Ernesto se fundio con la mujer mas hermosa del mundo y antes de perderse en su interior, tuvo una ultima mirada para su amigo muerto y prometiole que su resultado, su mejor fruto, llevaria su nombre.
Dr Jose Roberto Hernandez (Vampi)
Mandy, el mas presumido de los espermatozoides, llevaba un par de dias dando los toques finales a sus piernas, su preparacion fisica estaba casi al punto elite para la larga carrera y los numerosos obstaculos que le esperaban. Habia estudiado muchisimo el camino y vigilaba los demas corredores para trampear sus tecnicas y procular que la estrategia que se habia trazado no fallara. Solo faltaba peinarse y afeitarse un poco, la tenue barba que comenzaba a crecer y tal vez su doncella estuviera incomoda en el primer beso.
Cuando se abrio la puerta, pudo ver a muchos contendientes salir delante con el mismo impetu que el le pondria a la carrera.
Mientras corria, una ola de pasion envolviole y perdio totalmente el control, sintiendo a muchos caer a su alrededor.
Cuando pudo recuperarse, vio a tantos como el dandose por vencidos, otros miles inhabilitados para seguir y cientos ahogados de calor.
En verdad el cambio de temperatura no le afecto lo que esperaba, pero si tuvo que calzarse con unas botas altas que encontro al borde de la acera, pues los charcos del nuevo suelo, le quemaban un poco los pies.
Miro a los lados y advirtio que solo unos pocos habian sobrevivido al enorme tsunami que los arrastro a una tierra esponjosa, donde para caminar o correr habia que tener una tremenda musculatura de piernas.
Cuando entro al tunel, sintio que casi llegaba, aunque aun no veia a su prometida y solo Ernesto su mejor amigo era ahora su competencia.
Sintieron unos pasos donde el pasillo se curvaba y un inmenso olor a lo mas agradable que habia experimentado se apodero de ambos.
Se miraron uno al otro para comenzar la ultima pelea. Fue entonces que el recordo toda su infancia, todas sus meriendas compartidas con Ernesto, su casi hermano y que una vez pusiera su vida en riesgo, para aguantarlo en una antigua y falsa carrera.
Se dejo golpear y Ernesto clavo su ultima estocada en su pecho irguiendose triunfador.
Aparecio la silueta frente a ellos y al menos tuvo su ultimo aliento para admirar semejante belleza. Se dejo morir mientras una sonrisa y una lagrima compartian su rostro en su cuerpo tirado en el piso del corredor.
Ernesto se fundio con la mujer mas hermosa del mundo y antes de perderse en su interior, tuvo una ultima mirada para su amigo muerto y prometiole que su resultado, su mejor fruto, llevaria su nombre.
Dr Jose Roberto Hernandez (Vampi)