Giovanni Libero
Miembro Conocido
Reflexión: La despedida…
No hay mejor maestro que la mirada de un niño
Tengo un cálido sentimiento oculto en mi corazón.
Son los sueños y planes relegados… Los que no pude concretar en mi juventud.
Tengo fe, vivo con la esperanza y espero tener, algún día, la oportunidad de lograrlos.
Peo, hoy sentí como la realidad me dio un fuerte golpe en mi frente, es como si me hubiese despertado de un largo sueño, reaccioné me di cuenta de lo ocurrido y lloré.
Lloré, como aquel niño que muy atrás había quedado.
Lloré por todo aquello que soñé y no pudo ser...
Nunca debí postergarlos…
La vida me llevó por caminos que me alejaron de aquellos sueños…
Fueron compromisos asumidos.
Pero no fue en vano ya que en ese transitar, la vida muchas lecciones me dio,
me caí y me levante muchas veces, pero seguí, seguí, estuve inmerso en poder cumplir esos compromisos.
Pero por cada golpe que me di… Mucho pude aprender.
Hoy cuando miro al pasado veo mis errores y mis aciertos.
No le hice daño a nadie…
Y a nadie le debo nada…
La experiencia que adquirí me ayudo a vivir…
Pero…
No me enseño a disfrutar de los dones que la vida nos regala, de esas cosas que no nos cuesta nada que están a nuestro lado y no las vemos…
Nos regocijaremos de la naturaleza, de su belleza y de todo su esplendor, de lo hermosa que es la tierra, que cada día se viste para nosotros, que nos regala y nos viste con todos sus colores, llena nuestro espacio de sonidos, cantos que ni siquiera sabemos escuchar
…
El tiempo ha pasado, ya se han ido sus años mozos…
No se da por vencido y el camino de sus sueños quiere retomar
Quiere revivir y cumplir con sus ilusiones.
Ese hombre, hoy llora, su vacío quiere llenar.
Ese hombre soy yo…
Me siento desorientado. No sé dónde ir, solo quiero ser feliz.
Mi presente es hoy. El mañana no ha llegado… Y no sé si ha de llegar.
Hoy, aunque en sus sueños se haga realidad, quiere volver a ser ese niño que tenía ilusiones, ideales, y tenía todo por delante… Todo por hacer, y con entusiasmo planificaba el futuro...
Hoy…
De aquello, solo me queda un cálido recuerdo, sentimiento que lo llevo oculto en lo más profundo de mi ser, que solo se puede igualar con la mirada inocente de un niño.
Pido a ese niño que hay aún vive en mi, resurja nuevamente y como mi mejor maestro, me guie y conduzca para reencontrar ese sendero para llenar ese vacío, con amor y felicidad, y pueda borrar mi tristeza y mi dolor.
En este tiempo de vida, he aprendido que:
No hay mejor maestro que la mirada de un niño...
Pido a Dios me ayude a culminar mis días devolviendo todo el amor
y la felicidad que he recibido, y despedirme de esta vida como un niño
enfrentando lo que vendrá, sin temor.
Y hoy más que nunca quiero, reír y reír…
¡Sí! quiero sacar a relucir mi risa.
Giovanni Libero
Argentina©
Derechos®

No hay mejor maestro que la mirada de un niño
Tengo un cálido sentimiento oculto en mi corazón.
Son los sueños y planes relegados… Los que no pude concretar en mi juventud.
Tengo fe, vivo con la esperanza y espero tener, algún día, la oportunidad de lograrlos.
Peo, hoy sentí como la realidad me dio un fuerte golpe en mi frente, es como si me hubiese despertado de un largo sueño, reaccioné me di cuenta de lo ocurrido y lloré.
Lloré, como aquel niño que muy atrás había quedado.
Lloré por todo aquello que soñé y no pudo ser...
Nunca debí postergarlos…
La vida me llevó por caminos que me alejaron de aquellos sueños…
Fueron compromisos asumidos.
Pero no fue en vano ya que en ese transitar, la vida muchas lecciones me dio,
me caí y me levante muchas veces, pero seguí, seguí, estuve inmerso en poder cumplir esos compromisos.
Pero por cada golpe que me di… Mucho pude aprender.
Hoy cuando miro al pasado veo mis errores y mis aciertos.
No le hice daño a nadie…
Y a nadie le debo nada…
La experiencia que adquirí me ayudo a vivir…
Pero…
No me enseño a disfrutar de los dones que la vida nos regala, de esas cosas que no nos cuesta nada que están a nuestro lado y no las vemos…
Nos regocijaremos de la naturaleza, de su belleza y de todo su esplendor, de lo hermosa que es la tierra, que cada día se viste para nosotros, que nos regala y nos viste con todos sus colores, llena nuestro espacio de sonidos, cantos que ni siquiera sabemos escuchar
…
El tiempo ha pasado, ya se han ido sus años mozos…
No se da por vencido y el camino de sus sueños quiere retomar
Quiere revivir y cumplir con sus ilusiones.
Ese hombre, hoy llora, su vacío quiere llenar.
Ese hombre soy yo…
Me siento desorientado. No sé dónde ir, solo quiero ser feliz.
Mi presente es hoy. El mañana no ha llegado… Y no sé si ha de llegar.
Hoy, aunque en sus sueños se haga realidad, quiere volver a ser ese niño que tenía ilusiones, ideales, y tenía todo por delante… Todo por hacer, y con entusiasmo planificaba el futuro...
Hoy…
De aquello, solo me queda un cálido recuerdo, sentimiento que lo llevo oculto en lo más profundo de mi ser, que solo se puede igualar con la mirada inocente de un niño.
Pido a ese niño que hay aún vive en mi, resurja nuevamente y como mi mejor maestro, me guie y conduzca para reencontrar ese sendero para llenar ese vacío, con amor y felicidad, y pueda borrar mi tristeza y mi dolor.
En este tiempo de vida, he aprendido que:
No hay mejor maestro que la mirada de un niño...
Pido a Dios me ayude a culminar mis días devolviendo todo el amor
y la felicidad que he recibido, y despedirme de esta vida como un niño
enfrentando lo que vendrá, sin temor.
Y hoy más que nunca quiero, reír y reír…
¡Sí! quiero sacar a relucir mi risa.
Giovanni Libero
Argentina©
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