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Viaje sin retorno

Me llegan del ayer recordaciones
cual buitres en malévola asechanza
y encuentran en mi mente la pitanza
que engullen descarnándome a tirones.
Y siento de mis sesos sus jirones
inciertos, lacerados y dispersos,
caídos en desgracia, donde inmersos
en lóbregos abismos insondables,
revierten a mis ojos miserables
desgracias de períodos perversos.

Y vuelven desazones infernales,
mil sombras que cubrieron viejos días,
las tantas infundadas villanías
y aquellos escarmientos más brutales.
Navegan mis pupilas torrenciales
un cáñamo me ahoga la garganta
y en tanto mi zozobra se agiganta
se afianza en el ambiente el descalabro;
y pájaros de cántico macabro
asisten a un festín que solo espanta.

Sus picos y sus garras asesinas
destrozan con sevicia mi cordura
y pronta su celada me clausura
los bríos y me deja entre mis ruinas.
Concurre solapada, tras neblinas,
la parca irreverente y su soborno
de darle fin, por fin, a mi trastorno;
en tanto yo comprendo mi templanza
perdida para siempre; y la esperanza
marchando a hacer un viaje sin retorno.
 
Muy buena reflexión hace de un pasado algo tormentoso con estas décimas endecasílabas tan bien trabajadas, Mi enhorabuena Sr. Jorge. Un deleite pasar por sus letras.
Le deseo un buen día con mi consideración.
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Me llegan del ayer recordaciones
cual buitres en malévola asechanza
y encuentran en mi mente la pitanza
que engullen descarnándome a tirones.
Y siento de mis sesos sus jirones
inciertos, lacerados y dispersos,
caídos en desgracia, donde inmersos
en lóbregos abismos insondables,
revierten a mis ojos miserables
desgracias de períodos perversos.

Y vuelven desazones infernales,
mil sombras que cubrieron viejos días,
las tantas infundadas villanías
y aquellos escarmientos más brutales.
Navegan mis pupilas torrenciales
un cáñamo me ahoga la garganta
y en tanto mi zozobra se agiganta
se afianza en el ambiente el descalabro;
y pájaros de cántico macabro
asisten a un festín que solo espanta.

Sus picos y sus garras asesinas
destrozan con sevicia mi cordura
y pronta su celada me clausura
los bríos y me deja entre mis ruinas.
Concurre solapada, tras neblinas,
la parca irreverente y su soborno
de darle fin, por fin, a mi trastorno;
en tanto yo comprendo mi templanza
perdida para siempre; y la esperanza
marchando a hacer un viaje sin retorno.

Triste viaje sin retorno Jorge,que doloroso es perder la cordura y verse envuelto de sombras,preciosos versos un poema que discurre como agua de fuente,muy bello,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 

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