MarcosR
Miembro Conocido
Aferrada al silencio
de las calles
la madrugada avanza
moribunda,
derramando su savia
mortecina
en el viejo empedrado
de la noche.
La niebla aplaca el grito
de los focos,
inundando el farol
que se desborda,
y escurre en las paredes
su tristeza
pintando de amarillo
las ventanas.
Con un paso cansino
y solitario,
caminando en silencio
hacia la nada.
Se adentra en la quietud
de las veredas
y avanza por las calles
desoladas.
Un eco abandonado
por las voces,
se ha dormido temblando
en los portales.
Sobre un colchón de hojas
los recuerdos,
se niegan a morir
en los desagües.
Las casas vuelcan sombras
en el aire,
y el cielo acuesta estrellas
en los techos.
El tiempo se detiene
en las esquinas,
mientras el mundo duerme,
suspendido.
de las calles
la madrugada avanza
moribunda,
derramando su savia
mortecina
en el viejo empedrado
de la noche.
La niebla aplaca el grito
de los focos,
inundando el farol
que se desborda,
y escurre en las paredes
su tristeza
pintando de amarillo
las ventanas.
Con un paso cansino
y solitario,
caminando en silencio
hacia la nada.
Se adentra en la quietud
de las veredas
y avanza por las calles
desoladas.
Un eco abandonado
por las voces,
se ha dormido temblando
en los portales.
Sobre un colchón de hojas
los recuerdos,
se niegan a morir
en los desagües.
Las casas vuelcan sombras
en el aire,
y el cielo acuesta estrellas
en los techos.
El tiempo se detiene
en las esquinas,
mientras el mundo duerme,
suspendido.