Callé tu nombre, pero el alma mía
lo dijo por los poros, sin consuelo,
y el aire se me heló de tanto anhelo
a pesar de fingir tanta alegría.
Tu voz aún me late en lejanía,
me quema la memoria como un celo,
y aunque la vida siga por mi duelo,
tú sigues en mi carne cada día.
No sé si tú me...