Víctor
Moderador de Poesía Jocosa

Doña Ramona enviudó
y la encontró Margarita,
quien con palabras queditas
las condolencias le dio.
Luego detalles pidió
de la muerte del marido,
y la viuda contestó
de cómo había sucedido:
--Cuando mi esposo murió
de terrible enfermedad,
previamente me indicó
como última voluntad,
que antes de ir al agujero
y el féretro se cerrara,
junto a su cuerpo dejara
toditito su dinero”.
--¿Y su voluntad cumplió?
--¡Claro que sí, Margarita,
pues la lana que dejó
la puse en una cajita!
--¿Y con nada se quedó?,
¿echó el dinero completo?
--¡Por supuesto , ya que yo,
cumplo bien lo que prometo!
--Pues se atontó de verdad,
con algo debió quedarse,
ya que esa oportunidad,
pocas veces suele darse
Asombrada por entero
le decía Margarita:
¿Y cupo todo el dinero
en la pequeña cajita?
--¡Si cupo, claro que sí,
vendí sus bienes primero
y después todo el dinero
en un banco lo metí.
Y ya sabrás, Margarita:
para cumplir de buen modo,
extendí un cheque por todo
y lo metí en la cajita.
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