Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Algunos, muchos, presumen
que suelo ser bravucón,
pero es que así me echó al mundo
la madre que me parió.
Si fuese yo de otra guisa,
cobarde y no luchador,
con mi problema tremendo
me hubiese dado al alcohol.
Y me di, pero fue a causa
de esa timidez vencer,
aunque supe poner freno
a esa perniciosa sed.
Tengo tres cervezas frías
e ignoro hasta el para qué
si yo no las bebo nunca.
¡He olvidado el vicio aquél!
Pues resultar cierto puede,
debo decirles que sí,
no voy a contar mentiras
pues no me gusta mentir.
Pero el porqué lo he explicado
bastantes veces. En fin...
No quiero cansarles mucho,
pero he nacido en Madrid.
Y el madrileño, es sabido,
siempre se lució en la lid
aunque muriera por ello
ante el gabacho fusil.
Ya amanece un nuevo día,
ya comienza a clarear,
y los ojos se me cierran.
Cosa que pienso es normal.
Una noche provechosa,
cuatro poemas ya hay más
forjados en un instante
que puede se olvidarán.
Pero mi mente ha parido...
¡Si es que estoy hecho un chaval!
La pena es que eso no es cierto.
Me fatigo y mi salud
no es tan buena como dicen.
¡Si tuviese la que tú..!
Que eres joven y atractiva,
aunque vayas al tuntún,
como aquél que lleva duples
de mano y va se da mus.
Ya clarea la alborada,
ya el cielo se torna azul.
El poeta está dormido,
mas nada deja al albur.
que suelo ser bravucón,
pero es que así me echó al mundo
la madre que me parió.
Si fuese yo de otra guisa,
cobarde y no luchador,
con mi problema tremendo
me hubiese dado al alcohol.
Y me di, pero fue a causa
de esa timidez vencer,
aunque supe poner freno
a esa perniciosa sed.
Tengo tres cervezas frías
e ignoro hasta el para qué
si yo no las bebo nunca.
¡He olvidado el vicio aquél!
Pues resultar cierto puede,
debo decirles que sí,
no voy a contar mentiras
pues no me gusta mentir.
Pero el porqué lo he explicado
bastantes veces. En fin...
No quiero cansarles mucho,
pero he nacido en Madrid.
Y el madrileño, es sabido,
siempre se lució en la lid
aunque muriera por ello
ante el gabacho fusil.
Ya amanece un nuevo día,
ya comienza a clarear,
y los ojos se me cierran.
Cosa que pienso es normal.
Una noche provechosa,
cuatro poemas ya hay más
forjados en un instante
que puede se olvidarán.
Pero mi mente ha parido...
¡Si es que estoy hecho un chaval!
La pena es que eso no es cierto.
Me fatigo y mi salud
no es tan buena como dicen.
¡Si tuviese la que tú..!
Que eres joven y atractiva,
aunque vayas al tuntún,
como aquél que lleva duples
de mano y va se da mus.
Ya clarea la alborada,
ya el cielo se torna azul.
El poeta está dormido,
mas nada deja al albur.
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