Alma cobarde
No estaba seguro de si me gustaba,
pero se que cuando hablaba con ella sentía esas mariposas,
pero esa sensación no me incomodaba,
de una manera u otra no me importaba sentir esas cosas.
De pronto ella empezó a hablar con alguien,
y ahí empezó, sin darme cuenta, a irse cada vez mas lejos,
al principio todo me parecía bien,
pero luego empezaron a aumentar mis demonios.
Me fijaba en ella en cada momento,
sus ojos eran como dos cielos,
separados a causa del viento,
pero yo lo único que sentía eran celos.
Ella me empezó a pedir consejos,
consejos para estar con ese chico,
y yo, tonto de mi, le dije algunos trucos,
para que estuviese con ese bicho.
Nunca antes pude decirle mis sentimientos,
porque era demasiado tímido,
las palabras que siempre quería decirle se las llevaba los vientos,
y luego por las noches me arrepentía de ese día vivido.
Por eso, seguramente, nunca llegué a su corazón,
donde yo quería formar parte,
porque debe ser un lugar de puro arte,
un lugar donde habita la verdadera razón...
Un día mostré mis sentimientos,
pero ya era demasiado tarde,
él ya había entrado en sus aposentos,
y ya no quedaba lugar para un alma cobarde...
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Donde hay dos corazones felices,
siempre hay un tercero roto...
-Poema de un Alma cobarde al mostrar tarde sus sentimientos-
