Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Debo ser algo masoquista, porque esta mañana del sábado 21 de julio de 2018 la he dedicado a escuchar por la radio el tema de la votación para elegir nuevo Presidente del PP intuyendo como intuía la victoria de don Pablo Casado sobre doña Soraya Sáenz de Santamaría. Victoria que a las dos y diez minutos de la tarde ha sido confirmada por doña Ana Pastor, Presidenta de la Junta Electoral de los compromisarios – o como deseen llamarse - del Partido.
Así que a doña Soraya se le han agradecido los servicios prestados, todo ello entre sonrisas, y luego se le hadado la habitual patadita en el trasero. Pero, descuiden, no tiemblen por ella que no se quedará sin empleo.
El discurso del Presidente electo ha sido de lo más prometedor. Si llegase al Poder y cumpliese la cuarta parte de las cosas que ha prometido era para votarle sin más. Lo peor es que todas estas promesas quedarán en agua de borrajas y tendrá que jugar, si es que llega a participar en la partida, con las cartas que lleve y no con unas inventadas. Es lo malo de los políticos, que – como decía el chascarrillo empleado en mi juventud – antes de meter mucho prometer pero después de metido nada de lo prometido.
Desconozco totalmente al señor Pablo Casado. Parece, según he escuchado, que sus ideas tiran más hacia la derecha más derechista que hacia el centro. Pero como lo ignoro no voy a hacer juicios de valor.
Pues enhorabuena, muy señor mío y que tenga usted suerte. Al menos la suerte del señor Rajoy, quien goza de un dorado exilio desde su puesto de trabajo como Registrador de la Propiedad en Santa Pola, un pueblo de Alicante.
Así sí se puede vivir bien, amigos lectores. Sabiendo que cuando te retires o te retiren te espera un momio.
Ya tiene opositor Pedro Sánchez. Veremos quién de los dos destroza antes el país. Porque seguramente a CIUDADANOS se le escapó el tren. Y PODEMOS ni se molestó en ir a esperarlo.
¡Que Dios nos pille confesados!
¡Hasta pronto!
Así que a doña Soraya se le han agradecido los servicios prestados, todo ello entre sonrisas, y luego se le hadado la habitual patadita en el trasero. Pero, descuiden, no tiemblen por ella que no se quedará sin empleo.
El discurso del Presidente electo ha sido de lo más prometedor. Si llegase al Poder y cumpliese la cuarta parte de las cosas que ha prometido era para votarle sin más. Lo peor es que todas estas promesas quedarán en agua de borrajas y tendrá que jugar, si es que llega a participar en la partida, con las cartas que lleve y no con unas inventadas. Es lo malo de los políticos, que – como decía el chascarrillo empleado en mi juventud – antes de meter mucho prometer pero después de metido nada de lo prometido.
Desconozco totalmente al señor Pablo Casado. Parece, según he escuchado, que sus ideas tiran más hacia la derecha más derechista que hacia el centro. Pero como lo ignoro no voy a hacer juicios de valor.
Pues enhorabuena, muy señor mío y que tenga usted suerte. Al menos la suerte del señor Rajoy, quien goza de un dorado exilio desde su puesto de trabajo como Registrador de la Propiedad en Santa Pola, un pueblo de Alicante.
Así sí se puede vivir bien, amigos lectores. Sabiendo que cuando te retires o te retiren te espera un momio.
Ya tiene opositor Pedro Sánchez. Veremos quién de los dos destroza antes el país. Porque seguramente a CIUDADANOS se le escapó el tren. Y PODEMOS ni se molestó en ir a esperarlo.
¡Que Dios nos pille confesados!
¡Hasta pronto!