Jorge Luis Alava
Miembro Conocido
Quisiera volver a decirte Mia con la seguridad
que tengo de que mis ojos no son de otro más,
con el patriotismo con que un beso deja su huella
en la república de un cuerpo.
He querido imponerme un acto donde el movimiento
de mi brazo no busque inutilmente tu costado,
donde mis palabras no sean más que ángeles muertos
y no un abecedario para amarte.
He querido hacer que tus dias sigan distantes
de mi calendario, y que si dices "lunes"
yo viva sábado o que si piensas "mañana"
yo diga "olvido".
Pero es casi inutil, te me has pegado en los labios
y en la gramática y ando recitando pedazos de ti
y párrafos de ti; como si haberte besado significara
haberte leido como a un libro.
Se me olvidaba, también ando pensando
no soñarte y todas las noches estoy volteando
mi almohada para que no duermas en mis cabellos;
para así amanecer diciendo que mi soledad
está llena de soledades y no de tu sueño.
Y sin embargo llega el día y tu estás para ser
pensada por mi, pero para ser amada y apresada por otro.
Y yo no tengo más deber que vaciarme los recuerdos
o tal vez bebermelos como un lobo se bebe la luna.
Pero a veces, francamente, no me vuelves
sino como un signo que ha de ser leido
en su idioma y con otra boca.
La mia ya no puede decir tu nombre
tal vez porque apredndió que su sonido
se oye como suena una despedida
que no cree jamás en el volver.
								que tengo de que mis ojos no son de otro más,
con el patriotismo con que un beso deja su huella
en la república de un cuerpo.
He querido imponerme un acto donde el movimiento
de mi brazo no busque inutilmente tu costado,
donde mis palabras no sean más que ángeles muertos
y no un abecedario para amarte.
He querido hacer que tus dias sigan distantes
de mi calendario, y que si dices "lunes"
yo viva sábado o que si piensas "mañana"
yo diga "olvido".
Pero es casi inutil, te me has pegado en los labios
y en la gramática y ando recitando pedazos de ti
y párrafos de ti; como si haberte besado significara
haberte leido como a un libro.
Se me olvidaba, también ando pensando
no soñarte y todas las noches estoy volteando
mi almohada para que no duermas en mis cabellos;
para así amanecer diciendo que mi soledad
está llena de soledades y no de tu sueño.
Y sin embargo llega el día y tu estás para ser
pensada por mi, pero para ser amada y apresada por otro.
Y yo no tengo más deber que vaciarme los recuerdos
o tal vez bebermelos como un lobo se bebe la luna.
Pero a veces, francamente, no me vuelves
sino como un signo que ha de ser leido
en su idioma y con otra boca.
La mia ya no puede decir tu nombre
tal vez porque apredndió que su sonido
se oye como suena una despedida
que no cree jamás en el volver.
 
				 
 
		 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		