Víctor
Moderador de Poesía Jocosa
¡Cómo recuerdo el tiempo pasado,
de regocijo y de juventud,
en el que estabas fiel a mi lado
y me tenías enamorado
de tus encantos en plenitud!
Pasamos juntos los años mozos,
fundidos siempre, brindando amor,
y compartimos ratos hermosos,
sin contratiempos y sin embozos,
porque todo era bello fulgor.
Casi diez años pasamos juntos,
dándote siempre mi ser entero,
y sorteamos fieros barruntos
de tormentosos y negros puntos
que amenazaban nuestro sendero.
Pero llegaron distintos años,
en los que estuvo la oscuridad
y nos hicimos gravosos daños,
al grado tal que fuimos huraños,
faltando entonces a la verdad.
Vinieron luego las inquietudes,
las tentaciones a nuestro paso,
tuvimos ciertas vicisitudes,
que entorpecieron nuestras virtudes
para llevarnos al vil fracaso.
Se bifurcaron nuestros caminos,
y cada quien transitó en el suyo.
Se trastocaron ambos destinos,
multiplicándose desatinos
que no evitamos por nuestro orgullo.
Mas, a pesar de las malas cosas
que sucedieron en nuestra unión,
pienso en aquellas maravillosas
como fragancias de frescas rosas
que perfumaron mi corazón.
Porque ese tiempo fuiste mi vida,
el ser amado, mi adoración,
mi bella diosa, prenda querida,
la gema hermosa que no se olvida,
a quien recuerdo con emoción.
de regocijo y de juventud,
en el que estabas fiel a mi lado
y me tenías enamorado
de tus encantos en plenitud!
Pasamos juntos los años mozos,
fundidos siempre, brindando amor,
y compartimos ratos hermosos,
sin contratiempos y sin embozos,
porque todo era bello fulgor.
Casi diez años pasamos juntos,
dándote siempre mi ser entero,
y sorteamos fieros barruntos
de tormentosos y negros puntos
que amenazaban nuestro sendero.
Pero llegaron distintos años,
en los que estuvo la oscuridad
y nos hicimos gravosos daños,
al grado tal que fuimos huraños,
faltando entonces a la verdad.
Vinieron luego las inquietudes,
las tentaciones a nuestro paso,
tuvimos ciertas vicisitudes,
que entorpecieron nuestras virtudes
para llevarnos al vil fracaso.
Se bifurcaron nuestros caminos,
y cada quien transitó en el suyo.
Se trastocaron ambos destinos,
multiplicándose desatinos
que no evitamos por nuestro orgullo.
Mas, a pesar de las malas cosas
que sucedieron en nuestra unión,
pienso en aquellas maravillosas
como fragancias de frescas rosas
que perfumaron mi corazón.
Porque ese tiempo fuiste mi vida,
el ser amado, mi adoración,
mi bella diosa, prenda querida,
la gema hermosa que no se olvida,
a quien recuerdo con emoción.