Jules Bernau
Miembro
En la palabra suerte, en la palabra
destino, en la palabra adolescencia
o en la palabra prisa, fuma lenta,
la moral de la fe y de la esperanza.
Pero, opuesto a pactar con la añoranza,
nace un ciego; cabal y delincuente,
que a los secos los vuelve penitentes
y a los verdes expurga de templanza.
La sedentaria tose, crece, pasa,
acude a marchitarse en la ventana
y al cabo de la tarde sigue viva.
Pero el amor se ríe, juerga ¡baila!
se inventa en la prisión perfectas alas
y vuela aunque la muerte lo persiga.
Jules Bernau
								destino, en la palabra adolescencia
o en la palabra prisa, fuma lenta,
la moral de la fe y de la esperanza.
Pero, opuesto a pactar con la añoranza,
nace un ciego; cabal y delincuente,
que a los secos los vuelve penitentes
y a los verdes expurga de templanza.
La sedentaria tose, crece, pasa,
acude a marchitarse en la ventana
y al cabo de la tarde sigue viva.
Pero el amor se ríe, juerga ¡baila!
se inventa en la prisión perfectas alas
y vuela aunque la muerte lo persiga.
Jules Bernau
 
				 
 
		 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
 
		 
 
		