Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Como la llama exhausta de un mechero
que sin gas se ha quedado lentamente,
observo el corazón que se me apaga
sin más, rápidamente.
Ha pasado mi vida como un sueño,
he visto su rodar para adelante;
como dicen que ocurre con la Muerte,
que se ve en un instante.
Y he recordado cosas que al olvido
debiera desechar ya de una vez,
recuerdos que me llenan la cabeza
en mi triste vejez.
El árbol floreció, dando sus frutos.
Algunos fueron vanos, otros bien
repletos de semillas que hoy florecen.
?Mañana serán quién?
No importa quiénes sean, realmente,
lo válido es que luchen con ardor.
Que salten los obstáculos del mundo
con inmenso valor.
Que gocen de la dicha que he buscado
con malos resultados, pues jamás
gocé la ansiada paz que deseaba.
¡Yo no pedía más!
Hasta aquí con mis versos he venido.
Una carga tremenda, que el laurel
aunque afirmen que apenas pesa nada
es amargo cual hiel.
que sin gas se ha quedado lentamente,
observo el corazón que se me apaga
sin más, rápidamente.
Ha pasado mi vida como un sueño,
he visto su rodar para adelante;
como dicen que ocurre con la Muerte,
que se ve en un instante.
Y he recordado cosas que al olvido
debiera desechar ya de una vez,
recuerdos que me llenan la cabeza
en mi triste vejez.
El árbol floreció, dando sus frutos.
Algunos fueron vanos, otros bien
repletos de semillas que hoy florecen.
?Mañana serán quién?
No importa quiénes sean, realmente,
lo válido es que luchen con ardor.
Que salten los obstáculos del mundo
con inmenso valor.
Que gocen de la dicha que he buscado
con malos resultados, pues jamás
gocé la ansiada paz que deseaba.
¡Yo no pedía más!
Hasta aquí con mis versos he venido.
Una carga tremenda, que el laurel
aunque afirmen que apenas pesa nada
es amargo cual hiel.
