isidro4755parra@gmail.com
Miembro Conocido
Con los ojos bañados por el llanto,
y nublando el dolor mi alma sincera,
mi corazón enfermo no quisiera
mostrar lo que le dicta su quebranto.
Decir sus indecibles amarguras...
describir su temor, sus sufrimientos...
expresar asombrado las negruras
que abruman de miseria sus momentos.
Mi pobre corazón esclavizado
latir quisiera cual sonora lira,
que sublimes sus notas han volado
estremeciendo al mundo que suspira.
Mundo feroz, nefasto y moribundo,
manchado de la sangre y del veneno;
que muerde su feroz traición, y astuto
los senos de la muerte ve sereno...
Cercado por un manto ennegrecido
el brillo del azul, voraz lo empaña
cual velo misterioso, dolorido,
por ser víctima oculto de la muerte.
De esa necia siniestra que se ensaña
al llevarse personas tan queridas,
que con ellas se llevan otras vidas.
¡Corazón con valor!
¡Deja escuchar la voz de tus latidos!
para que los despojos y el dolor,
el pesar del destino:
hagan estremecer en el camino...
al puño vengador, agonizante,
que levanta su voz y en un instante;
grita, llorando con terror los muertos.
¡Escucha corazón
los ecos ya despiertos!
Y déjame escribirte una canción
que exprese mi dolor, la grande pena,
a que hoy mi amor de humano me condena.
02/03/2014
Ysidro Parra _ Venezuela.
Reservados Derechos de Autor.
y nublando el dolor mi alma sincera,
mi corazón enfermo no quisiera
mostrar lo que le dicta su quebranto.
Decir sus indecibles amarguras...
describir su temor, sus sufrimientos...
expresar asombrado las negruras
que abruman de miseria sus momentos.
Mi pobre corazón esclavizado
latir quisiera cual sonora lira,
que sublimes sus notas han volado
estremeciendo al mundo que suspira.
Mundo feroz, nefasto y moribundo,
manchado de la sangre y del veneno;
que muerde su feroz traición, y astuto
los senos de la muerte ve sereno...
Cercado por un manto ennegrecido
el brillo del azul, voraz lo empaña
cual velo misterioso, dolorido,
por ser víctima oculto de la muerte.
De esa necia siniestra que se ensaña
al llevarse personas tan queridas,
que con ellas se llevan otras vidas.
¡Corazón con valor!
¡Deja escuchar la voz de tus latidos!
para que los despojos y el dolor,
el pesar del destino:
hagan estremecer en el camino...
al puño vengador, agonizante,
que levanta su voz y en un instante;
grita, llorando con terror los muertos.
¡Escucha corazón
los ecos ya despiertos!
Y déjame escribirte una canción
que exprese mi dolor, la grande pena,
a que hoy mi amor de humano me condena.
02/03/2014
Ysidro Parra _ Venezuela.
Reservados Derechos de Autor.
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