Elias
Miembro Conocido
Que nadie piense mal, por favor. Tan sólo es un poema.
No tiene sentido pensar más allá, ni buscar un sentido a
estas palabras que, sólo, pretenden formar parte de un
espacio, de un mundo donde las palabras se unen tan sólo
para fortalecer la poética.

DONDE TODO ACABA... DONDE TODO EMPIEZA
Hoy todo se me escapa entre los dedos...
pienso que nada merece la pena,
que todo fueron ilusiones mías;
que esta vida se me escurre por las venas,
como el viento aferrado a sus miedos.
Tuve ante mis ojos un alma de sirena...
alma que me llevó por cálido sendero,
como torpe brisa de verano;
como el trino alegre del pequeño jilguero,
que me libró de mis cadenas.
Que no puedo gritar lo que había que decir,
ni esconder mis palabras tras el llanto,
ni soñar, ni contemplar tu blanca luna,
ni volver a escuchar el dulce canto,
el son de la vida que me haces vivir.
Pasará el tiempo, que cerrará las heridas...
Cambiarán los días, y las noches sin ella...
mi alma no vivirá como mi alma soñaba.
Se perderán en el cielo las estrellas;
y la luna, en sus noches, se hallará perdida.
No, ya no... Ya nada merece la pena...
Cierro los ojos para verte, y vuelas enseguida,
como volaron las flores con el viento
cuando el viento arrastró sus semillas,
llegando a mi alma suspiros que envenenan.
Sé que te perdí por pensar que te tenía,
y sé que mis sueños no podrán morir
aunque muriendo me llamasen loco...
porque cada noche me acuerdo de ti,
porque me duele olvidarte cada día...
Mi alma vestida y arropada con tu belleza,
clamaba en la noche, y en sueños te decía...
“Déjate llevar si el alma dormida te lleva
allá donde tras la lluvia la nada florezca;
allá donde todo acaba, allá donde todo empieza”.
Elias Nuñez
2014
No tiene sentido pensar más allá, ni buscar un sentido a
estas palabras que, sólo, pretenden formar parte de un
espacio, de un mundo donde las palabras se unen tan sólo
para fortalecer la poética.

DONDE TODO ACABA... DONDE TODO EMPIEZA
Hoy todo se me escapa entre los dedos...
pienso que nada merece la pena,
que todo fueron ilusiones mías;
que esta vida se me escurre por las venas,
como el viento aferrado a sus miedos.
Tuve ante mis ojos un alma de sirena...
alma que me llevó por cálido sendero,
como torpe brisa de verano;
como el trino alegre del pequeño jilguero,
que me libró de mis cadenas.
Que no puedo gritar lo que había que decir,
ni esconder mis palabras tras el llanto,
ni soñar, ni contemplar tu blanca luna,
ni volver a escuchar el dulce canto,
el son de la vida que me haces vivir.
Pasará el tiempo, que cerrará las heridas...
Cambiarán los días, y las noches sin ella...
mi alma no vivirá como mi alma soñaba.
Se perderán en el cielo las estrellas;
y la luna, en sus noches, se hallará perdida.
No, ya no... Ya nada merece la pena...
Cierro los ojos para verte, y vuelas enseguida,
como volaron las flores con el viento
cuando el viento arrastró sus semillas,
llegando a mi alma suspiros que envenenan.
Sé que te perdí por pensar que te tenía,
y sé que mis sueños no podrán morir
aunque muriendo me llamasen loco...
porque cada noche me acuerdo de ti,
porque me duele olvidarte cada día...
Mi alma vestida y arropada con tu belleza,
clamaba en la noche, y en sueños te decía...
“Déjate llevar si el alma dormida te lleva
allá donde tras la lluvia la nada florezca;
allá donde todo acaba, allá donde todo empieza”.
Elias Nuñez
2014
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