Carlos Ariel Albornoz
Miembro Conocido
Doy las gracias a Dios por esta vida
que me inflama de dicha los pulmones
y circula en mi sangre a borbollones,
terminando en los labios florecida.
Es la flor de sonrisa amanecida
en mis ojos regados de ilusiones,
que al pasar por la urdimbre de estaciones,
a través de los años, es tejida.
Hoy respiro, sonrío y soy feliz,
contemplando cuarenta y dos peldaños
ya escalados con pasos de aprendiz.
Experiencia donada por los años
que ejercita la astucia y la nariz,
detectora de tretas y de engaños.
Perdonando los daños,
yo decido confiar en las personas:
¿Cómo pides perdón si no perdonas?
Carlos Ariel Albornoz
que me inflama de dicha los pulmones
y circula en mi sangre a borbollones,
terminando en los labios florecida.
Es la flor de sonrisa amanecida
en mis ojos regados de ilusiones,
que al pasar por la urdimbre de estaciones,
a través de los años, es tejida.
Hoy respiro, sonrío y soy feliz,
contemplando cuarenta y dos peldaños
ya escalados con pasos de aprendiz.
Experiencia donada por los años
que ejercita la astucia y la nariz,
detectora de tretas y de engaños.
Perdonando los daños,
yo decido confiar en las personas:
¿Cómo pides perdón si no perdonas?
Carlos Ariel Albornoz