Marisa Lozano Fuego
Miembro Activo
EL BAILE DE LOS LABIOS
Los labios afiebrados y ateridos
imploraban un roce de aventura,
un huracán de acérrima locura
y etílica pasión, de amor ungidos.
Clavándose en la carne los latidos
la piel vibró, borracha de ternura
y ciñeron sus brazos la cintura
en un vaivén de músculos asidos
apurando minutos siderales,
firmando con saliva en una estrella,
fabricando gloriosos imposibles.
Se mordieron con ansia de animales,
hilvanando una mística epopeya
bajo chispas de luz imperceptibles.
Marisa Lozano Fuego
								Los labios afiebrados y ateridos
imploraban un roce de aventura,
un huracán de acérrima locura
y etílica pasión, de amor ungidos.
Clavándose en la carne los latidos
la piel vibró, borracha de ternura
y ciñeron sus brazos la cintura
en un vaivén de músculos asidos
apurando minutos siderales,
firmando con saliva en una estrella,
fabricando gloriosos imposibles.
Se mordieron con ansia de animales,
hilvanando una mística epopeya
bajo chispas de luz imperceptibles.
Marisa Lozano Fuego
 
				 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                