"Entonces yo te quise mirar
Y ya no había nada de ti
Ni tu perfume, ni un poco de aire
Tampoco un cabello, ni siquiera un reflejo.
Entonces yo quise odiarte
Pero solo pude respirar y callar".
Callar... 
 y observar como mi feretro se pasea frente a mi 
 describiendo con su movimiento la danza de la ira. 
 Sólo ausencia en el espejo, 
 ¡despojos de una fragancia! 
 respirar como una mirada herida.
Te he leído y algo me dijo que añadiera estos versos. Y así lo he hecho. Me gusta tu estilo. En pocas palabras transmites una intensidad... que no tod@s pueden transmitir. Sigue así. Gracias por tus letras.