JAVIER TOMAS
Sub Administrador
La luz inundaba la habitación. El olor a rancio cubría todo, mientras ella se hundía en el sofá. Sus ojos, secos e irritados, refulgían con el color mate de los insomnes. En la mesa de al lado se amontonaban las tazas con café reseco y centenares de colillas. Los parpados la pesaban, sabía que cuando se le cerraran sería el fin, pero a pesar de ello ya no tenía fuerzas para continuar. En el sufrimiento de esos días había perdido el miedo a morir y casi lo imaginaba como un alivio. Se dejó llevar por el cansancio y dejó de luchar.
La policía se movía como hormigas en el salón, sacando huellas y fotos, buscando fibras. Por la puerta apareció una figura alta, con gabardina, pero nadie pareció prestarle la más mínima atención. Se quedó plantado frente al cadáver mirando con atención. Alguien le puso la mano en el hombro.
-Buenos días inspector.
El saludo le sacó de su pensamiento.
-Buenos días sargento. ¿Por qué me llamaron? Parece que la mujer murió de muerte natural, no observo ningún signo de violencia.
-Eso pensé yo. La mujer debía llevar días sin dormir. En la cocina la pila esta llena de posos de café, se debió beber por lo menos 15 litros, y por las colillas de las tazas se fumó docenas de cajetillas, y la nevera vacía.
-Si ,la señora estaba nerviosa y seguramente le falló el corazón.
-Fue mi conclusión hasta que vino el forense. Cuando le hizo una primera observación se quedó sorprendido. A la mujer le habían sacado el corazón.
El inspector miró incrédulo a la víctima. Se acercó y retiró ligeramente la camisa. Se observaba una cicatriz de un palmo de longitud. Se cerraba con un corte basto, lleno de nudos, en carne viva, pero ni un solo rastro de sangre. Giró la cabeza y su mirada interrogó al sargento García. Este encogió los hombros mientras ponía cara de circunstancia.
A la mañana siguiente, a pesar de ser domingo, estaban en la morgue con el forense al rededor del cuerpo sin vida.
-Es la primera vez que veo esto. Estoy alucinado.
-¿Se puede arrancar un corazón sin dejar una sola gota de sangre?
-Se puede, pero por medios muy sofisticados que no se dan en la escena del crimen. Se puede congelar el cuerpo antes de su extracción, cerrar, y luego descongelar, no se perdería ni una gota de sangre. También con una cirugía avanzada, y con el uso de algunas drogas coagulantes. Pero como digo, ninguno de estos casos se dan. Estoy perdido.
-¿Y esa cicatriz?
-Esta hecha con algo afilado, pero tras la primera incisión se abrió la carne por desgarro, de ahí los nudos. A la vez que se lo sacaban cauterizaban todo, tanto las arterias como la carne. Le aseguro inspector Gabriel que no me puedo imaginar como lo hicieron. Por otra parte llevaba muchos días sin dormir, tenía las retinas secas y los lagrimales inflamados.
Salieron al pasillo los dos policías.
-¿Que averiguaste?
-Se llamaba Teresa Antunez. Había sido una oficinista toda su vida, pero hace 10 años la tocó un importante premio de la lotería. Su vida cambió. Se compró una casa enorme y se dedicó a viajar y a tener amantes 20 años más jóvenes que ella.
-Pues esta casa no parece de una millonaria.
-Es su antigua vivienda. Interrogamos a los vecinos y nadie la había visto en todos estos años. Un vecino la vio llegar el domingo por la tarde con dos bolsas no muy pesadas, debían ser los paquetes de café y de tabaco.
-No durmió en seis días...algo la tenía aterrorizada. ¿Es posible que algún heredero quisiera cobrar antes de tiempo?
-No. Sus padres murieron hace mucho. Carece de hermanos o sobrinos. Encontré dos primos, pero llevan años viviendo fuera del país y sin ningún contacto.
-Bien. Mira en los archivos, haber si encuentras algún caso con el mismo tipo de cicatriz.
En el despacho del comisario la conversación discurría con cierta sorpresa.
-¿Y dicen que hay más casos como este?
-Si, el sargento a rastreado todos los archivos en estos días. Al menos a encontrado una docena donde los informes forenses atestiguan que se les arrancó el corazón y dejaron una cicatriz como esta.
-¿Y como nadie levantó la alarma?
-Por que son casos sin conexión alguna y nunca se encontró explicación. Ningún móvil aparente. Todos con personas de diferente condición. Las investigaciones llegaron a un callejón sin salida y se perdió el interés.
-Voy a informar al ministro. No quiero que esto nos explote en las narices y me acuse de no avisarle.
Durante unos minutos habló con el secretario de estado, que a su vez, habló con el ministro.
-Quiere que mañana te pases a hablar con él para que le informes en persona. Estará en presidencia.
No le hacía gracia, pero tenía que obedecer.
-¿Creé que alguien puede encontrar la conexión entre todos estos crímenes?
-En principio no. Mi ayudante es muy eficaz rastreando con el ordenador ,y gracias a ello encontramos estos casos. Seguro que si sigue serán muchos más. Los separa el tiempo y la distancia. No tienen nada que ver. Hay un cantante, un pintor, un empresario, un banquero...lo único que les une es que todos son gente de éxito, mejor dicho, que en los últimos años de su vida tuvieron éxito.
-¿Una sesino en serie?
-No creo. Hay más de 20 años entre unos casos y otros. Sin dejar una huella ni un rastro entre tantos casos...sin pavonearse, algo muy difícil en alguien tan perfeccionista.
Una llamada telefónica interrumpió la reunión.
-Alguien quiere hablar con usted.
La puerta se abrió y apareció el presidente del gobierno. Gabriel se levantó y le saludo con solemnidad. Era un hombre desgarbado, de pocas palabras y sin claridad de ideas. No era más que un concejal en su pueblo natal, pero en unos años ascendió como un meteoro hasta la secretaría general del partido y luego a ganar las elecciones por mayoría absoluta.
-El ministro me a comentado el caso que se trae entre manos. Estoy muy interesado. No dentro de mucho serán las elecciones y no quiero que algo así pueda irrumpir en la campaña. Mantenga informado al ministro en todo momento, se lo agradecería mucho. Ya procuraré ayudarle en su carrera por su buen servicio. Buenos días.
Se dio la vuelta y se marchó igual que vino.
-Gabriel, tiene una llamada. Es una mujer, pero no quiso dejarme su nombre.
El inspector descolgó el teléfono de su mesa a la vez que hacía señales con la mano al funcionario para que cerrara la puerta, el ruido de la comisaría era constante e insoportable.
-¿Digamé?
-¿El inspector Gabriel Tebas?
-Si.
-Creo que en unos días me arrancarán el corazón como a Teresa Antunez.
Llamó a la puerta del chalet y le abrió Virginia Ortiz, la actriz de moda desde hacía algunos años. Era guapa y con un cuerpo de escándalo. Sus ojos demostraban largas horas de lágrimas. Sin mediar palabra, le señaló con la mano que pasara. Le llevó hasta el salón y se desplomó sobre un sofá de colores chillones.
-Bien señorita, antes de nada explíqueme como sabe lo del corazón deTeresa, no se ha publicado nada al respecto.
-Por qué ya se lo han arrancado a más, así constaba en el contrato.
Gabrielse sentó frente a ella y la miró con curiosidad. Su piel parecíade seda, y era mucho más hermosa en persona que en el celuloide.
-Explíquese.
-Hace diez años mi vida era todo necesidad. Vivía con unas amigas en un cuchitril comido por la humedad. Me alimentaba mal, había días que me mantenía con un café y unas galletas. La ropa estaba a punto de hacer jirones. Estaba desesperada. Hacía mucho que me fui de casa entre grandes discusiones con mis padres y no podía volver. Mi carrera de actriz era casi inexistente y apenas conseguía algunos trabajillos para no quedarme en la indigencia.
Un día estaba llorando en las escaleras de una casa derruida con más alcohol del recomendable, estaba harta de sufrir, cuando apareció él. Su aspecto era normal, pero en cuanto empezó a hablar se notaba que era diferente a los demás. Su voz te atraía como miel a las moscas, era ronca, melodiosa, con un acento exótico. Me dijo si estaría dispuesta a dar mi corazón por unos años de éxito. Yo le dije que si, creí que me estaba proponiendo sexo, y aunque nunca me prostituí mi estómago rugía de hambre y las fuerzas me fallaban. Me sorprendió cuando sacó del bolsillo interior un pergamino antiguo enrollado; en letras doradas me ofrecía 10 años de éxito acambio de mi corazón. Sacó del otro bolsillo una larga pluma y me la ofreció para firmar. Pensé que se burlaba de mí, pero me daba todo igual, firmé esperando ganarme alguna moneda con la que comer, pero nada más recoger el pergamino con mi rúbrica se esfumó, no se como explicarlo, simplemente se deshizo en el aire.
Al día siguiente recibí una llamada de una agencia, llevaba meses apuntada pero nunca me habían llamado. Necesitaban una chica de secundaria para una serie de 13 capítulos en televisión. En cuanto me vio el director me contrató sin pasar casting alguno. En la grabación del cuarto capítulo se me acercó un agente y me propuso intervenir en una película, daba el perfil de una de las protagonistas, según me dijo, y mi interpretación le gustó. En un año los trabajos se me amontonaban, solo me quedaba salir en las cajas de cereales. Al segundo empezaron a darme premios. Y al tercero mis cuentas corrientes se desbordaban de dinero.
-¿Cuanto hace de eso?
-Mañan apor la noche hace 10 años desde que firmé el documento.
-¿Y que le hace pensar que lo suyo tiene alguna relación con lo deTeresa?
-Porque en el pergamino había una clausula que decía “Después de 10 años se finiquitará el presente contrato en el primer sueño”. En la prensa referían que Teresa estuvo varios días sin dormir. ¿Serán 6 días inspector los que se tiro despierta?
-¿Como sabe usted ese dato?
-Porqué el sabado 26 de marzo hacían exactamente 10 años que fue premiada en la lotería.
Gabrielse quedó pensativo unos minutos.
-Podría ser una coincidencia.
-Una si, pero en estos folios tiene datos de otros casos parecidos. Llevo mucho tiempo investigando al respecto.
Le hecho un ojo y varios de los nombres que aparecían coincidían con la lista del sargento.
-¿Y que quiere que haga?
-Que pase la noche conmigo, vigilándome. Si paso esa noche seguro que el contrato se rompe.
-Esta casa es demasiado grande, un hombre solo no puede vigilarla. ¿Tiene algún sitio más tranquilo y pequeño? Preferiblemente alejado.
-Tengo una cabaña en la sierra. El pueblo esta a 5 kilómetros. Todas las ventanas con rejas, 50 metros cuadrados, solo tiene entrada por una puerta.
-Perfecto .Mañana la recojo a las 7. No diga nada a nadie y menos por el teléfono. La discreción es fundamental.
Ella descansaba en el sofá, al lado de la chimenea, que crepitaba con alegría ante la carga de leña seca. No quiso tumbarse en la cama,se sentía más segura arropada en las orejas del viejo butacón. Gabriel se sentó en una de las sillas de madera frente a la puerta, la dijo que durmiera tranquila que él velaría su sueño. En el silencio de la noche se oía los ruidos del bosque, pero nada que pudiera levantar alarma. Virginia estuvo un buen rato agitándose nerviosa, sin que Morfeo la acunara en su regazo, pero poco a poco su respiración se fue haciendo más pausada y rítmica. Un brazo se descolgó de su pecho mientras la cabeza se le hundió más en el cojín. La manta que la tapaba cayó hasta su estómago arrastrada por la mano. Él se acercó en silencio a apenas medio metro, "que cuerpo tan magnífico, todavía le quedaban muchos años de esplendor, lástima que su contrato terminase". Acercó la mano al pecho de la chica, sufriendo una transformación. En apenas unos instantes sus dedos se hicieron largos y huesudos, mientras sus uñas crecían como los de una fiera. El color tornó a un rojo vivo y se levantó un fuerte olor a azufre, de su mano salía humo. La clavó con fuerza en el pecho de Virginia que saltó de un espasmo. Sus ojos se abrían sin que las pupilas aparecieran y su boca, desencajada ,era incapaz de soltar la más mínima palabra, solo emitía sonidos guturales. Introdujo la mano desgarrando la carne, y apretando con fuerza, tiró hacia él. Sobre ella palpitaba el corazón de la víctima, que parecía tener vida más allá del cuerpo de su propietaria. La mano alcanzó más temperatura y el órgano empezó aconsumirse haciéndose ceniza. Gabriel se estiraba hacia atrás con gestos de éxtasis, notaba como la energía fluía a su interior, dándole más años de vida; llevaba ya 200 sirviendo a su señor y quería servirle otros doscientos. Cada vez que cerraba un contrato era premiado con una década más, sin dolor, sin envejecer, sin remordimientos. Llegaría el día en que su amo implante su reino en la tierra y el quería estar allí. Llevaba buena racha, en pocas semanas cerró el contrato de Teresa y el de Virginia, y le quedaba otro más que caducaba en unos días. Tendría que informar al presidente de la investigación...y de paso arrancarle el corazón,JA JA JA JA JA JA JA.
La policía se movía como hormigas en el salón, sacando huellas y fotos, buscando fibras. Por la puerta apareció una figura alta, con gabardina, pero nadie pareció prestarle la más mínima atención. Se quedó plantado frente al cadáver mirando con atención. Alguien le puso la mano en el hombro.
-Buenos días inspector.
El saludo le sacó de su pensamiento.
-Buenos días sargento. ¿Por qué me llamaron? Parece que la mujer murió de muerte natural, no observo ningún signo de violencia.
-Eso pensé yo. La mujer debía llevar días sin dormir. En la cocina la pila esta llena de posos de café, se debió beber por lo menos 15 litros, y por las colillas de las tazas se fumó docenas de cajetillas, y la nevera vacía.
-Si ,la señora estaba nerviosa y seguramente le falló el corazón.
-Fue mi conclusión hasta que vino el forense. Cuando le hizo una primera observación se quedó sorprendido. A la mujer le habían sacado el corazón.
El inspector miró incrédulo a la víctima. Se acercó y retiró ligeramente la camisa. Se observaba una cicatriz de un palmo de longitud. Se cerraba con un corte basto, lleno de nudos, en carne viva, pero ni un solo rastro de sangre. Giró la cabeza y su mirada interrogó al sargento García. Este encogió los hombros mientras ponía cara de circunstancia.
A la mañana siguiente, a pesar de ser domingo, estaban en la morgue con el forense al rededor del cuerpo sin vida.
-Es la primera vez que veo esto. Estoy alucinado.
-¿Se puede arrancar un corazón sin dejar una sola gota de sangre?
-Se puede, pero por medios muy sofisticados que no se dan en la escena del crimen. Se puede congelar el cuerpo antes de su extracción, cerrar, y luego descongelar, no se perdería ni una gota de sangre. También con una cirugía avanzada, y con el uso de algunas drogas coagulantes. Pero como digo, ninguno de estos casos se dan. Estoy perdido.
-¿Y esa cicatriz?
-Esta hecha con algo afilado, pero tras la primera incisión se abrió la carne por desgarro, de ahí los nudos. A la vez que se lo sacaban cauterizaban todo, tanto las arterias como la carne. Le aseguro inspector Gabriel que no me puedo imaginar como lo hicieron. Por otra parte llevaba muchos días sin dormir, tenía las retinas secas y los lagrimales inflamados.
Salieron al pasillo los dos policías.
-¿Que averiguaste?
-Se llamaba Teresa Antunez. Había sido una oficinista toda su vida, pero hace 10 años la tocó un importante premio de la lotería. Su vida cambió. Se compró una casa enorme y se dedicó a viajar y a tener amantes 20 años más jóvenes que ella.
-Pues esta casa no parece de una millonaria.
-Es su antigua vivienda. Interrogamos a los vecinos y nadie la había visto en todos estos años. Un vecino la vio llegar el domingo por la tarde con dos bolsas no muy pesadas, debían ser los paquetes de café y de tabaco.
-No durmió en seis días...algo la tenía aterrorizada. ¿Es posible que algún heredero quisiera cobrar antes de tiempo?
-No. Sus padres murieron hace mucho. Carece de hermanos o sobrinos. Encontré dos primos, pero llevan años viviendo fuera del país y sin ningún contacto.
-Bien. Mira en los archivos, haber si encuentras algún caso con el mismo tipo de cicatriz.
En el despacho del comisario la conversación discurría con cierta sorpresa.
-¿Y dicen que hay más casos como este?
-Si, el sargento a rastreado todos los archivos en estos días. Al menos a encontrado una docena donde los informes forenses atestiguan que se les arrancó el corazón y dejaron una cicatriz como esta.
-¿Y como nadie levantó la alarma?
-Por que son casos sin conexión alguna y nunca se encontró explicación. Ningún móvil aparente. Todos con personas de diferente condición. Las investigaciones llegaron a un callejón sin salida y se perdió el interés.
-Voy a informar al ministro. No quiero que esto nos explote en las narices y me acuse de no avisarle.
Durante unos minutos habló con el secretario de estado, que a su vez, habló con el ministro.
-Quiere que mañana te pases a hablar con él para que le informes en persona. Estará en presidencia.
No le hacía gracia, pero tenía que obedecer.
-¿Creé que alguien puede encontrar la conexión entre todos estos crímenes?
-En principio no. Mi ayudante es muy eficaz rastreando con el ordenador ,y gracias a ello encontramos estos casos. Seguro que si sigue serán muchos más. Los separa el tiempo y la distancia. No tienen nada que ver. Hay un cantante, un pintor, un empresario, un banquero...lo único que les une es que todos son gente de éxito, mejor dicho, que en los últimos años de su vida tuvieron éxito.
-¿Una sesino en serie?
-No creo. Hay más de 20 años entre unos casos y otros. Sin dejar una huella ni un rastro entre tantos casos...sin pavonearse, algo muy difícil en alguien tan perfeccionista.
Una llamada telefónica interrumpió la reunión.
-Alguien quiere hablar con usted.
La puerta se abrió y apareció el presidente del gobierno. Gabriel se levantó y le saludo con solemnidad. Era un hombre desgarbado, de pocas palabras y sin claridad de ideas. No era más que un concejal en su pueblo natal, pero en unos años ascendió como un meteoro hasta la secretaría general del partido y luego a ganar las elecciones por mayoría absoluta.
-El ministro me a comentado el caso que se trae entre manos. Estoy muy interesado. No dentro de mucho serán las elecciones y no quiero que algo así pueda irrumpir en la campaña. Mantenga informado al ministro en todo momento, se lo agradecería mucho. Ya procuraré ayudarle en su carrera por su buen servicio. Buenos días.
Se dio la vuelta y se marchó igual que vino.
-Gabriel, tiene una llamada. Es una mujer, pero no quiso dejarme su nombre.
El inspector descolgó el teléfono de su mesa a la vez que hacía señales con la mano al funcionario para que cerrara la puerta, el ruido de la comisaría era constante e insoportable.
-¿Digamé?
-¿El inspector Gabriel Tebas?
-Si.
-Creo que en unos días me arrancarán el corazón como a Teresa Antunez.
Llamó a la puerta del chalet y le abrió Virginia Ortiz, la actriz de moda desde hacía algunos años. Era guapa y con un cuerpo de escándalo. Sus ojos demostraban largas horas de lágrimas. Sin mediar palabra, le señaló con la mano que pasara. Le llevó hasta el salón y se desplomó sobre un sofá de colores chillones.
-Bien señorita, antes de nada explíqueme como sabe lo del corazón deTeresa, no se ha publicado nada al respecto.
-Por qué ya se lo han arrancado a más, así constaba en el contrato.
Gabrielse sentó frente a ella y la miró con curiosidad. Su piel parecíade seda, y era mucho más hermosa en persona que en el celuloide.
-Explíquese.
-Hace diez años mi vida era todo necesidad. Vivía con unas amigas en un cuchitril comido por la humedad. Me alimentaba mal, había días que me mantenía con un café y unas galletas. La ropa estaba a punto de hacer jirones. Estaba desesperada. Hacía mucho que me fui de casa entre grandes discusiones con mis padres y no podía volver. Mi carrera de actriz era casi inexistente y apenas conseguía algunos trabajillos para no quedarme en la indigencia.
Un día estaba llorando en las escaleras de una casa derruida con más alcohol del recomendable, estaba harta de sufrir, cuando apareció él. Su aspecto era normal, pero en cuanto empezó a hablar se notaba que era diferente a los demás. Su voz te atraía como miel a las moscas, era ronca, melodiosa, con un acento exótico. Me dijo si estaría dispuesta a dar mi corazón por unos años de éxito. Yo le dije que si, creí que me estaba proponiendo sexo, y aunque nunca me prostituí mi estómago rugía de hambre y las fuerzas me fallaban. Me sorprendió cuando sacó del bolsillo interior un pergamino antiguo enrollado; en letras doradas me ofrecía 10 años de éxito acambio de mi corazón. Sacó del otro bolsillo una larga pluma y me la ofreció para firmar. Pensé que se burlaba de mí, pero me daba todo igual, firmé esperando ganarme alguna moneda con la que comer, pero nada más recoger el pergamino con mi rúbrica se esfumó, no se como explicarlo, simplemente se deshizo en el aire.
Al día siguiente recibí una llamada de una agencia, llevaba meses apuntada pero nunca me habían llamado. Necesitaban una chica de secundaria para una serie de 13 capítulos en televisión. En cuanto me vio el director me contrató sin pasar casting alguno. En la grabación del cuarto capítulo se me acercó un agente y me propuso intervenir en una película, daba el perfil de una de las protagonistas, según me dijo, y mi interpretación le gustó. En un año los trabajos se me amontonaban, solo me quedaba salir en las cajas de cereales. Al segundo empezaron a darme premios. Y al tercero mis cuentas corrientes se desbordaban de dinero.
-¿Cuanto hace de eso?
-Mañan apor la noche hace 10 años desde que firmé el documento.
-¿Y que le hace pensar que lo suyo tiene alguna relación con lo deTeresa?
-Porque en el pergamino había una clausula que decía “Después de 10 años se finiquitará el presente contrato en el primer sueño”. En la prensa referían que Teresa estuvo varios días sin dormir. ¿Serán 6 días inspector los que se tiro despierta?
-¿Como sabe usted ese dato?
-Porqué el sabado 26 de marzo hacían exactamente 10 años que fue premiada en la lotería.
Gabrielse quedó pensativo unos minutos.
-Podría ser una coincidencia.
-Una si, pero en estos folios tiene datos de otros casos parecidos. Llevo mucho tiempo investigando al respecto.
Le hecho un ojo y varios de los nombres que aparecían coincidían con la lista del sargento.
-¿Y que quiere que haga?
-Que pase la noche conmigo, vigilándome. Si paso esa noche seguro que el contrato se rompe.
-Esta casa es demasiado grande, un hombre solo no puede vigilarla. ¿Tiene algún sitio más tranquilo y pequeño? Preferiblemente alejado.
-Tengo una cabaña en la sierra. El pueblo esta a 5 kilómetros. Todas las ventanas con rejas, 50 metros cuadrados, solo tiene entrada por una puerta.
-Perfecto .Mañana la recojo a las 7. No diga nada a nadie y menos por el teléfono. La discreción es fundamental.
Ella descansaba en el sofá, al lado de la chimenea, que crepitaba con alegría ante la carga de leña seca. No quiso tumbarse en la cama,se sentía más segura arropada en las orejas del viejo butacón. Gabriel se sentó en una de las sillas de madera frente a la puerta, la dijo que durmiera tranquila que él velaría su sueño. En el silencio de la noche se oía los ruidos del bosque, pero nada que pudiera levantar alarma. Virginia estuvo un buen rato agitándose nerviosa, sin que Morfeo la acunara en su regazo, pero poco a poco su respiración se fue haciendo más pausada y rítmica. Un brazo se descolgó de su pecho mientras la cabeza se le hundió más en el cojín. La manta que la tapaba cayó hasta su estómago arrastrada por la mano. Él se acercó en silencio a apenas medio metro, "que cuerpo tan magnífico, todavía le quedaban muchos años de esplendor, lástima que su contrato terminase". Acercó la mano al pecho de la chica, sufriendo una transformación. En apenas unos instantes sus dedos se hicieron largos y huesudos, mientras sus uñas crecían como los de una fiera. El color tornó a un rojo vivo y se levantó un fuerte olor a azufre, de su mano salía humo. La clavó con fuerza en el pecho de Virginia que saltó de un espasmo. Sus ojos se abrían sin que las pupilas aparecieran y su boca, desencajada ,era incapaz de soltar la más mínima palabra, solo emitía sonidos guturales. Introdujo la mano desgarrando la carne, y apretando con fuerza, tiró hacia él. Sobre ella palpitaba el corazón de la víctima, que parecía tener vida más allá del cuerpo de su propietaria. La mano alcanzó más temperatura y el órgano empezó aconsumirse haciéndose ceniza. Gabriel se estiraba hacia atrás con gestos de éxtasis, notaba como la energía fluía a su interior, dándole más años de vida; llevaba ya 200 sirviendo a su señor y quería servirle otros doscientos. Cada vez que cerraba un contrato era premiado con una década más, sin dolor, sin envejecer, sin remordimientos. Llegaría el día en que su amo implante su reino en la tierra y el quería estar allí. Llevaba buena racha, en pocas semanas cerró el contrato de Teresa y el de Virginia, y le quedaba otro más que caducaba en unos días. Tendría que informar al presidente de la investigación...y de paso arrancarle el corazón,JA JA JA JA JA JA JA.