Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Por si alguno de mis amables lectores no se había percatado todavía, España es el país donde más vigente continúa la llamada “patente de corso” que tan en boga estuvo durante siglos anteriores. Permiso, retribuido naturalmente, con el que cualquier facineroso podía delinquir siempre que el dañado por sus actos de piratería fuese un enemigo de la Corona.
Actualmente los delitos que se cometen, bien por intereses políticos o porque a quienes sean les interesen, han variado en sus modalidades junto con los avances de la tecnología y la variación de las costumbres. Un President de la Generalitat Catalana puede mofarse del Gobierno de la Nación, o éste permite que se burlen de él, en virtud de los intereses electorales. Caso del señor Torras, que se salta a la torera las indicaciones de la Junta Electoral Central con la pasividad del Consejo de Ministros. Si cualquier otro ciudadano de a pie actuara como él hace tiempo que hubiese sido destituido ya de su cargo y posiblemente encarcelado a la espera de que se le juzgase acusado de mofarse de las Leyes. Pero como al señor Sánchez, don Pedro “el okupa”, puede interesarle su apoyo en un futuro cercano se le deja hacer.
Otro ejemplo: Tres ciudadanos daneses residentes en España engañan de tal forma a ciudadanos confiados que les contratan servicios de telefonía móvil y de televisión de pago en nombre de la mayor de las empresas de este ramo, obteniendo así pingües beneficios. A estos sí se les detiene, dada la eficacia de nuestras Fuerzas del Orden, pero ya veremos cuál es el castigo que se les aplica. Total, no han matado a nadie…
De éste y de otros muchos timos y estafas la que sí suele desprenderse es una realidad evidente y consabida: El dinero estafado o del que se ha hecho mal uso nunca aparecerá y no será devuelto. Los delincuentes pasarán una temporada “a la sombra” en cualquier prisión y una vez cumplan su condena a disfrutar del botín.
Mientras, miles de jóvenes se esfuerzan por buscar un trabajo digno que no encuentran, otros tantos ciudadanos jubilados malviven con pensiones de hambre o que rozan el umbral de la pobreza. Dos mil seiscientos médicos, cuya formación costó un dineral a esos mismos jubilados tienen que abandonar el país para ir a trabajar en otro en el que se les pague un sueldo digno. Esto sucedió durante 2018, año que todavía podemos considerar de “vacas gordas”. Esperemos a ver qué sucede en 2019 y próximos si una idea política tan magnífica como puede ser el socialismo sigue siendo puesta en práctica bajo la dirección del señor Sánchez.
No voy a seguir la práctica de muchos que tras largarte un panfleto político a favor de sus creencias van y te dicen: - ¡Pásalo! - . No paso ni uno solo de los mensajes que recibo de este estilo. Considero que los españoles ya gozamos de Democracia el tiempo suficiente como para que nadie tenga que aconsejarnos y cada uno tengamos nuestras simpatías definidas. Pero sí me permito sugerirles que cada uno sepamos lo que deberemos hacer en los próximos comicios y lo que nos jugamos exactamente: El futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos, ni más ni menos.
¡Hasta pronto!
