Víctor
Moderador de Poesía Jocosa
El moscardón se siente llanamente
en cada nota de la melodía
que me sugiere placentero ambiente,
como la luz que nos transmite el día.
Ante el sonido fiel del instrumento,
miro volar por toda la pradera
a moscardones que rasgando el viento
dejan su estela por la faz llanera.
Vibra mi pecho al escuchar la orquesta,
con sus compases graves, singulares,
los que producen un rumor de fiesta
que se trasmite a todos los lugares.
Y cuando dicho acorde se acelera,
siento que causa en mí gran emoción,
ya que el compás de su expresión entera,
le está marcando el ritmo al corazón.
Es caracol al viento y entonado,
con el sonar de notas musicales
que a mis oídos llegan con agrado
y van dejando voces celestiales.
Jamás pensé que el pertinaz insecto,
cuyo zumbido el instrumento imita,
fuera motivo para el intelecto
e inspiración que el alma necesita.
Es una pieza grata y penetrante,
muy sugerente al acucioso oído,
por eso mismo alegra mi semblante,
porque al oírla crece mi latido.
								
									Última edición: 
								
							
						
						
	
					 
				 
 
		 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
 
		 
                                 
                                 
                                