Mariana Cuaspa
Miembro Conocido
En las tardes,
se platican los recuerdos
con el saludo del viento.
Las praderas florecen
la nostalgia huye.
Se abrigan los sueños
en el aroma de la tarde,
la alegría cobija las horas
y se viaja en la esperanza.
Deshojando el tiempo
que no tiene memoria,
en la distancia se abraza
esos anhelos, tejidos en el silencio.
Haciendo una plegaria
con la huella de una metáfora,
un verso se esquiva suavemente
ante el peregrino aroma de tu presencia.
En éste prólogo,
déjame tu recuerdo
déjame una pálida esperanza.
Si te llamo,
permíteme que en tu silencio
guarde mi necedad
invocando el tiempo por encontrarte.
En la melodía de la tarde
este hechizo se pone de rodillas
y se percibe la humildad de mis versos.
En las tardes tirito con tu presencia.
¡Eres la ansiedad de esta historia
eres la caída de un verso en la tarde!
se platican los recuerdos
con el saludo del viento.
Las praderas florecen
la nostalgia huye.
Se abrigan los sueños
en el aroma de la tarde,
la alegría cobija las horas
y se viaja en la esperanza.
Deshojando el tiempo
que no tiene memoria,
en la distancia se abraza
esos anhelos, tejidos en el silencio.
Haciendo una plegaria
con la huella de una metáfora,
un verso se esquiva suavemente
ante el peregrino aroma de tu presencia.
En éste prólogo,
déjame tu recuerdo
déjame una pálida esperanza.
Si te llamo,
permíteme que en tu silencio
guarde mi necedad
invocando el tiempo por encontrarte.
En la melodía de la tarde
este hechizo se pone de rodillas
y se percibe la humildad de mis versos.
En las tardes tirito con tu presencia.
¡Eres la ansiedad de esta historia
eres la caída de un verso en la tarde!