Jorge Toro
Miembro Conocido
La paz entre los pueblos de la tierra
parece una utopía en nuestra historia,
pues hasta donde cuenta la memoria
el hombre la ha truncado… guerra a guerra.
Ya desde sus albores primitivos
el hombre asesinó sin miramiento,
haciendo de la fuerza el instrumento
capaz de concretar sus objetivos.
Creó devastadores artefactos
buscando derrotar sus contendientes
y obrando con conducta de dementes
envileció el criterio de sus actos.
Jamás bastaron súplicas de hinojos
ni ofrendas entregadas en altares
ni el llanto de los niños sin hogares
ni las praderas llenas de despojos.
El hombre en su codicia miserable
ultima sin recelo a sus rivales
y llama a tales prácticas brutales
“daño colateral” inevitable.
No le persuaden: bombas nucleares
ni aviones asesinos sin piloto,
tampoco la oración del más devoto
ni el ruego de las madres, por millares.
El hombre continúa en sus reyertas
de bárbara opresión y de exterminio,
anteponiendo fuerza a raciocinio
y su supremacía a vidas muertas.
!Oh paz, impar paloma imaginaria
pareces la quimera inalcanzable…
Al hombre -en su genética inmutable-
le anida una violencia milenaria!
parece una utopía en nuestra historia,
pues hasta donde cuenta la memoria
el hombre la ha truncado… guerra a guerra.
Ya desde sus albores primitivos
el hombre asesinó sin miramiento,
haciendo de la fuerza el instrumento
capaz de concretar sus objetivos.
Creó devastadores artefactos
buscando derrotar sus contendientes
y obrando con conducta de dementes
envileció el criterio de sus actos.
Jamás bastaron súplicas de hinojos
ni ofrendas entregadas en altares
ni el llanto de los niños sin hogares
ni las praderas llenas de despojos.
El hombre en su codicia miserable
ultima sin recelo a sus rivales
y llama a tales prácticas brutales
“daño colateral” inevitable.
No le persuaden: bombas nucleares
ni aviones asesinos sin piloto,
tampoco la oración del más devoto
ni el ruego de las madres, por millares.
El hombre continúa en sus reyertas
de bárbara opresión y de exterminio,
anteponiendo fuerza a raciocinio
y su supremacía a vidas muertas.
!Oh paz, impar paloma imaginaria
pareces la quimera inalcanzable…
Al hombre -en su genética inmutable-
le anida una violencia milenaria!
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