Alba Rivero.
Miembro Conocido
Incontrolable demencia
Soy una brizna de tiempo
que en poco habrá caducado,
vivencia de algún pasado
que hasta aquí llegó a destiempo.
Creo mis rimas al tempo
que acompasa al corazón,
inmersa en la sinrazón
de soñar con un gran vuelo,
aunque voy a ras del suelo
esperando el tropezón.
En mis versos va el coraje
de desafiar la pobreza,
y aunque no tenga riqueza,
mi letra tendrá buen traje.
Me fascina el andamiaje
que lleva una buena rima,
y me acapara la estima
de una espinela canora
o un soneto, cuando aflora
de pluma que no escatima.
Soy molécula consciente
de esta ínfima existencia,
soñando encontrar la esencia
del verbo, que me es urgente.
Un destello omnipotente
que me transporte al Parnaso
sin un duro, pero al caso:
Sin careta y sin disfraz,
sentirme un bardo capaz
antes de entrar al ocaso.
Hacia allí va este camino
que más bien es utopía,
porque lejano está el día
en que llegue a mi destino.
Será, tal vez, desatino
querer ser cisne y no pato
pero en tanto garabato
que ha salido de mi pluma,
alguno tendrá la espuma
que valide mi alegato.
No sé pintar (y quisiera),
ni ejecutar instrumentos,
pero sé mentir los vientos,
y llenar de mies las eras.
Mentir las lunas primeras
aunque el cielo esté nublado,
y aunque se rompa el arado,
arar en tierra solana,
con mi verso, que se afana,
por conseguir lo negado.
Si a llorar me ha convocado
la musa, en algún momento,
será difícil, un ciento
que sepan si me ha pasado.
La realidad es un hado
en el mentís del poeta,
que se viste de profeta,
de sensato o de demente
pero siempre está consciente
planificando su treta.
Porque soy brizna de tiempo
mecida en compás de aurora,
me seduce y enamora
lo que guarda este entretiempo.
Puede que juegue a destiempo
y evite la realidad,
pero es esta mi verdad,
y en ella estoy sumergida
y por amar a la vida
me miento hasta paridad.
No soy par del ostentoso
pero ostento mi grandeza,
en mi mundo, la aspereza
se lima en verso grandioso.
Es por demás fabuloso
saber andar en la vida
jugándole a la escondida
al pesar en toda forma
sin perder nunca la norma
al inicio concebida.
Si se es árbol de buen fruto
de dulzor será el aroma
y la amargura ni en broma
volverá el terreno enjuto.
Tampoco estará de luto
la pluma que bien se precie,
pues aunque la muerte arrecie
se prestará a doblegarla
y en mil versos deshojarla
con primores de su especie.
Como el cisne, iré cantando
hasta que llegue mi muerte,
quiera alumbrarme la suerte
y pueda seguir andando.
Aunque voy trastabillando
no cejaré en el empeño
de lograr letras de ensueño
que acompañen, cuando muera
a aquel que se desespera
por ver cumplido su sueño.
Alba Rivero
Soy una brizna de tiempo
que en poco habrá caducado,
vivencia de algún pasado
que hasta aquí llegó a destiempo.
Creo mis rimas al tempo
que acompasa al corazón,
inmersa en la sinrazón
de soñar con un gran vuelo,
aunque voy a ras del suelo
esperando el tropezón.
En mis versos va el coraje
de desafiar la pobreza,
y aunque no tenga riqueza,
mi letra tendrá buen traje.
Me fascina el andamiaje
que lleva una buena rima,
y me acapara la estima
de una espinela canora
o un soneto, cuando aflora
de pluma que no escatima.
Soy molécula consciente
de esta ínfima existencia,
soñando encontrar la esencia
del verbo, que me es urgente.
Un destello omnipotente
que me transporte al Parnaso
sin un duro, pero al caso:
Sin careta y sin disfraz,
sentirme un bardo capaz
antes de entrar al ocaso.
Hacia allí va este camino
que más bien es utopía,
porque lejano está el día
en que llegue a mi destino.
Será, tal vez, desatino
querer ser cisne y no pato
pero en tanto garabato
que ha salido de mi pluma,
alguno tendrá la espuma
que valide mi alegato.
No sé pintar (y quisiera),
ni ejecutar instrumentos,
pero sé mentir los vientos,
y llenar de mies las eras.
Mentir las lunas primeras
aunque el cielo esté nublado,
y aunque se rompa el arado,
arar en tierra solana,
con mi verso, que se afana,
por conseguir lo negado.
Si a llorar me ha convocado
la musa, en algún momento,
será difícil, un ciento
que sepan si me ha pasado.
La realidad es un hado
en el mentís del poeta,
que se viste de profeta,
de sensato o de demente
pero siempre está consciente
planificando su treta.
Porque soy brizna de tiempo
mecida en compás de aurora,
me seduce y enamora
lo que guarda este entretiempo.
Puede que juegue a destiempo
y evite la realidad,
pero es esta mi verdad,
y en ella estoy sumergida
y por amar a la vida
me miento hasta paridad.
No soy par del ostentoso
pero ostento mi grandeza,
en mi mundo, la aspereza
se lima en verso grandioso.
Es por demás fabuloso
saber andar en la vida
jugándole a la escondida
al pesar en toda forma
sin perder nunca la norma
al inicio concebida.
Si se es árbol de buen fruto
de dulzor será el aroma
y la amargura ni en broma
volverá el terreno enjuto.
Tampoco estará de luto
la pluma que bien se precie,
pues aunque la muerte arrecie
se prestará a doblegarla
y en mil versos deshojarla
con primores de su especie.
Como el cisne, iré cantando
hasta que llegue mi muerte,
quiera alumbrarme la suerte
y pueda seguir andando.
Aunque voy trastabillando
no cejaré en el empeño
de lograr letras de ensueño
que acompañen, cuando muera
a aquel que se desespera
por ver cumplido su sueño.
Alba Rivero
