Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
En cierto Foro, de cuyo nombre no quiero acordarme
se reunieron ocho poetas para escribir un villancico que constaba de ocho décimas espinelas.
La Abadesa de mi convento me lo mostró como una proeza y le dije que quien escribió catorce sonetos en menos de 24 horas eso lo hacía solo y con una mano atada a la espalda.
Y helo aquí:
La Abadesa de mi convento me lo mostró como una proeza y le dije que quien escribió catorce sonetos en menos de 24 horas eso lo hacía solo y con una mano atada a la espalda.
Y helo aquí:
¡Por fin se acabó este día!
Siempre con el alma en vilo,
pero todo está tranquilo,
todo en paz y en armonía.
No sé por qué me temía
que algo malo sucediera,
que hubiese una borrachera,
algo de mal gusto y tono,
un retiro, un abandono,
un embrujo de hechicera.
Pero no, tuve fortuna
y aunque llegó algún gamberro
ni siquiera ladró el perro,
que suele hacerlo a la Luna.
Mas pienso que alguna tuna
de su celda se ha escapado
en busca del fraile amado.
¡Madre mía, vaya un Cristo!
¿Pero dónde se habrá visto
en conventos tal pecado?
No me fío del Abad,
del otro mucho ni poco.
De éste por hallarse loco
por ligarse una beldad.
¿El voto de castidad?
No saben qué cosa es ésa,
pues tras folgar se confiesa
y aquí no ha pasado nada.
¿Otra novicia preñada?
Resolverá la Abadesa.
Luego se pierde la fama
de mi querido convento...
¡Pero vaya monumento
tengo conmigo en la cama!
Mas no es monja, es una dama
que a confesarse a mí vino.
¡Jugarretas del Destino
que atormentan mi existencia!
Le puse una penitencia
y la ha cumplido con tino.
No se trata de la roja
que del Abad es pareja,
es bastante menos vieja
aunque sí que un poco coja.
Mas eso a mí no me enoja,
no hacemos la Maratón.
Mientras vino en el porrón
nos quede, ¡de maravilla!
- ¡Cómo te mueves, chiquilla! -,
le miento como un bribón.
¿Quién andará por la casa
intentando no hacer ruido,
de cuál celda habrá salido?
Tendré que ver lo que pasa.
O si no, tábula rasa
y que cada cual fornique
como su gana le indique.
En tanto que yo disfrute
como si juegan al tute
o rascan con el meñique.
Mal dedo es ése, por cierto,
pues es corto. A la nariz
sí que llega. A la matriz
pienso que no, se lo advierto.
¿Puede ser que alguien se ha muerto
sin darle la absolución?
¡Pues menudo problemón!
- ¡Prior Isidro, venga pronto!
¡Deje ya de hacer el tonto
y concédale el perdón! -.
¿Ocho fue el reto, Consuelo?
Pues ocho fueron escritas.
Para mí son facilitas
y sabes que no es camelo.
Te consta que soy abuelo,
que me las sé casi todas,
aunque sabes que esas modas
de los retos no me dice.
¡Catorce sonetos hice!
Pues décimas... ¡No me j...!
Siempre con el alma en vilo,
pero todo está tranquilo,
todo en paz y en armonía.
No sé por qué me temía
que algo malo sucediera,
que hubiese una borrachera,
algo de mal gusto y tono,
un retiro, un abandono,
un embrujo de hechicera.
Pero no, tuve fortuna
y aunque llegó algún gamberro
ni siquiera ladró el perro,
que suele hacerlo a la Luna.
Mas pienso que alguna tuna
de su celda se ha escapado
en busca del fraile amado.
¡Madre mía, vaya un Cristo!
¿Pero dónde se habrá visto
en conventos tal pecado?
No me fío del Abad,
del otro mucho ni poco.
De éste por hallarse loco
por ligarse una beldad.
¿El voto de castidad?
No saben qué cosa es ésa,
pues tras folgar se confiesa
y aquí no ha pasado nada.
¿Otra novicia preñada?
Resolverá la Abadesa.
Luego se pierde la fama
de mi querido convento...
¡Pero vaya monumento
tengo conmigo en la cama!
Mas no es monja, es una dama
que a confesarse a mí vino.
¡Jugarretas del Destino
que atormentan mi existencia!
Le puse una penitencia
y la ha cumplido con tino.
No se trata de la roja
que del Abad es pareja,
es bastante menos vieja
aunque sí que un poco coja.
Mas eso a mí no me enoja,
no hacemos la Maratón.
Mientras vino en el porrón
nos quede, ¡de maravilla!
- ¡Cómo te mueves, chiquilla! -,
le miento como un bribón.
¿Quién andará por la casa
intentando no hacer ruido,
de cuál celda habrá salido?
Tendré que ver lo que pasa.
O si no, tábula rasa
y que cada cual fornique
como su gana le indique.
En tanto que yo disfrute
como si juegan al tute
o rascan con el meñique.
Mal dedo es ése, por cierto,
pues es corto. A la nariz
sí que llega. A la matriz
pienso que no, se lo advierto.
¿Puede ser que alguien se ha muerto
sin darle la absolución?
¡Pues menudo problemón!
- ¡Prior Isidro, venga pronto!
¡Deje ya de hacer el tonto
y concédale el perdón! -.
¿Ocho fue el reto, Consuelo?
Pues ocho fueron escritas.
Para mí son facilitas
y sabes que no es camelo.
Te consta que soy abuelo,
que me las sé casi todas,
aunque sabes que esas modas
de los retos no me dice.
¡Catorce sonetos hice!
Pues décimas... ¡No me j...!
