Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Con razón tanto El Lazarillo de Tormes como el Quijote fueron escritos en España. La primera porque es un fiel reflejo de cómo se vivía, robando, en España en aquella época y en ésta. Y el libro de El Ingenioso Hidalgo porque su mismo autor lo escribió al parecer durante su estancia en la cárcel de Sevilla por meter la mano donde no debía. Y antes de que mis amables lectores latinos me hablen de que en sus respectivas Naciones sucede lo mismo les recordaré que es que son descendientes nuestros en su gran mayoría y ésa fue parte de la herencia que les dejamos entre otras buenas: La falta de vergüenza.
La Fiscalía calcula en 750 millones de euros - eso era ayer, hoy solamente 171 - la cantidad “distraída” por José Antonio Griñán y compañía en el tema de los E.R.E.S. de Andalucía y doña Rita Barberá es obligada a dimitir por su propio Partido, el P.P. pero no dimite de su escaño en el Senado – para el cual nadie la votó, le fue concedido graciosamente a dedo según indican – para poder continuar gozando de su calidad de aforada.
Y entonces salen los tres gerifaltes socialistas, Susana Díaz, Pedro Sánchez y Rodríguez Ibarra y los dos primeros afirman que siguen confiando en la inocencia de su compañero de filas – como si un fiscal acusase sin pruebas y por capricho, aunque si ayer era una cifra mucho más alta que la que hoy señalan ya no se sabe qué creer -, y el tercero, el extremeño, defendiendo la presunción de inocencia de su antagonista política. Tal vez sea por si algún día le tocara a él poder decir lo mismo.
Nunca quise tocar el tema de Griñán por haber sido amigo personal de familiares suyos e incluso conocido de él, pero cuando le conocí era un simple Inspector de Trabajo que fue convertido dos veces en Ministro gracias a las amistades de las que gozaba. Y de ahí a sustituir a Chaves en el cargo de Presidente de la Junta de Andalucía, sin mayores méritos que yo sepa.
Lo de la Barberá es igual de escandaloso. El blanqueo de dinero que ha efectuado valiéndose de su cargo de Alcaldesa de Valencia parece estar más que demostrado cuando sus propios compañeros de filas la rechazan. Pero aquí ya es sabido que no dimitiría ni el mismo Dios que volviera.
Mientras tanto a un servidor de ustedes le parten un incisivo al realizarle una pequeña intervención quirúrgica, al desentubarle.
Reclama y le rechazan la reclamación “porque firmó el consentimiento y sabía a qué riesgos se exponía”. ¡Claro, es que si no firmo no me dicen si tengo cáncer o no! Y ese implante que habría que realizar costará como mucho 1.300 euros, pero como la Administración ya piensa que todos vamos a engañarla, porque sus mismos funcionarios son quienes lo hacen, lo deniega por costumbre. Luego, si quieres ir a un contencioso administrativo ya es cosa tuya. Gástate el dinero en un abogado, el de oficio te va a decir que al constar tu firma lo tienes perdido de antemano, y al final nada.
Es decir, a un presunto ladrón - ¿o ya no es presunto?, porque ayer me pareció escuchar que Griñán ya había sido condenado, lo mismo es que leí y escuché mal -, se le condena o se le quiere condenar a seis años de cárcel por apropiarse de una ingente cantidad de dinero en tanto a un ciudadano normal se le niega el chocolate del loro. Y casos más sangrantes que el mío que habrá, es de suponer.
Roba millones y te llamarán Señoría, aprópiate de un panecillo porque llevas tres días sin comer y te llamarán ladrón y te crujirán a palos si te descuidas.
Ésta es España y así ha sido siempre, señores. Por eso El Lazarillo será una obra firmada por ese prolífico autor que es Anónimo, para que no le descubriesen y le ajustasen las cuentas.
¡Hasta pronto!
La Fiscalía calcula en 750 millones de euros - eso era ayer, hoy solamente 171 - la cantidad “distraída” por José Antonio Griñán y compañía en el tema de los E.R.E.S. de Andalucía y doña Rita Barberá es obligada a dimitir por su propio Partido, el P.P. pero no dimite de su escaño en el Senado – para el cual nadie la votó, le fue concedido graciosamente a dedo según indican – para poder continuar gozando de su calidad de aforada.
Y entonces salen los tres gerifaltes socialistas, Susana Díaz, Pedro Sánchez y Rodríguez Ibarra y los dos primeros afirman que siguen confiando en la inocencia de su compañero de filas – como si un fiscal acusase sin pruebas y por capricho, aunque si ayer era una cifra mucho más alta que la que hoy señalan ya no se sabe qué creer -, y el tercero, el extremeño, defendiendo la presunción de inocencia de su antagonista política. Tal vez sea por si algún día le tocara a él poder decir lo mismo.
Nunca quise tocar el tema de Griñán por haber sido amigo personal de familiares suyos e incluso conocido de él, pero cuando le conocí era un simple Inspector de Trabajo que fue convertido dos veces en Ministro gracias a las amistades de las que gozaba. Y de ahí a sustituir a Chaves en el cargo de Presidente de la Junta de Andalucía, sin mayores méritos que yo sepa.
Lo de la Barberá es igual de escandaloso. El blanqueo de dinero que ha efectuado valiéndose de su cargo de Alcaldesa de Valencia parece estar más que demostrado cuando sus propios compañeros de filas la rechazan. Pero aquí ya es sabido que no dimitiría ni el mismo Dios que volviera.
Mientras tanto a un servidor de ustedes le parten un incisivo al realizarle una pequeña intervención quirúrgica, al desentubarle.
Reclama y le rechazan la reclamación “porque firmó el consentimiento y sabía a qué riesgos se exponía”. ¡Claro, es que si no firmo no me dicen si tengo cáncer o no! Y ese implante que habría que realizar costará como mucho 1.300 euros, pero como la Administración ya piensa que todos vamos a engañarla, porque sus mismos funcionarios son quienes lo hacen, lo deniega por costumbre. Luego, si quieres ir a un contencioso administrativo ya es cosa tuya. Gástate el dinero en un abogado, el de oficio te va a decir que al constar tu firma lo tienes perdido de antemano, y al final nada.
Es decir, a un presunto ladrón - ¿o ya no es presunto?, porque ayer me pareció escuchar que Griñán ya había sido condenado, lo mismo es que leí y escuché mal -, se le condena o se le quiere condenar a seis años de cárcel por apropiarse de una ingente cantidad de dinero en tanto a un ciudadano normal se le niega el chocolate del loro. Y casos más sangrantes que el mío que habrá, es de suponer.
Roba millones y te llamarán Señoría, aprópiate de un panecillo porque llevas tres días sin comer y te llamarán ladrón y te crujirán a palos si te descuidas.
Ésta es España y así ha sido siempre, señores. Por eso El Lazarillo será una obra firmada por ese prolífico autor que es Anónimo, para que no le descubriesen y le ajustasen las cuentas.
¡Hasta pronto!
