JAVIER TOMAS
Sub Administrador
La puerta se abrió
y bajo su quicio
salió el asesino
que tantos inocentes mató.
Lloran sobre la tumba
de ese niño, de esa anciana,
que una triste mañana
su sangre la acera regó.
Para ellos la puerta no abre
para ellos la risa del cobarde
y del satisfecho idiota
que nunca lo padeció.
La puerta se abrió
y por ella escapa la locura,
la mentira,
la sin razón.
y bajo su quicio
salió el asesino
que tantos inocentes mató.
Lloran sobre la tumba
de ese niño, de esa anciana,
que una triste mañana
su sangre la acera regó.
Para ellos la puerta no abre
para ellos la risa del cobarde
y del satisfecho idiota
que nunca lo padeció.
La puerta se abrió
y por ella escapa la locura,
la mentira,
la sin razón.