LOVERS
Miembro Conocido
Allí, en lo profundo
renace un vestigio de tristeza,
un sentimiento profano e infinito
donde alto levitan los pensamientos
y nosotros, los humanos
amamos su sentir y rendimos poesía.
Dentro habita ese mítico poder
que une y destruye universos,
un santo grial, poderosa magia
la autoridad de un amo desconocido,
donde gobierna la pasión,
en comunión el alma, con la luna.
Ella,
hechiza con imágenes y destellos
a los seres condenados confesos,
eclipsando el deseo de existir
al deshojar uno a uno los mundos
con su alma y pena desnuda.
Despacio,
su brillo abraza todo, sin mesura
atormentando los sosiegos de su vida.
Hay,
un corazón cautivo yace roto e impotente
rendido a sus sueños
implora,
suplica resistirse,
susurrando ¡Basta a los abismos!
Atormentado,
perdido ansía solo olvidar
lo que existe en su destino,
se dibujan metáforas en su mente
de aquellos labios afanosos
que alguna vez fueron suyos.
Una respiración atada a un beso,
un anhelo carmesí y ardiente
una exhalación sobre satén ocre,
y ese deseo
que hoy se viste de tristeza,
evocando la triste añoranza
ahora negada por la bruma partida.
Íntimo, pero lejos
palpita débil ese amor.
Escúchalo danzar sin rumbo ni motivo,
es presente de un reino antiguo,
siente su lamentar enmudecido
anularse bajo el oscuro manto
de estrellas titilantes y lejanas.
El infinito se viste de calvario,
hondo es su pecho vacío
sin aliento,
al sofocar el aire.
Desesperado implora al éter su brizna,
y despiadada la fortuna se lo niega.
Dolor,
Todo se mengua con trance desconocido
al mojar de sal y lluvia sus ojos,
y palpar hondo su desespero impío.
El universo se transmuta,
la existencia se hace agonía.
Paz y verdad se calzan de mentiras.
El firmamento antes turquesa
se hace gris, como el miedo a lo oscuro,
el existir deambula solo
todo lo demás fallece,
aplastando el existir sin una entrega.
El alma destrozada, ahora ruega.
¿Por qué?
¿Por qué, se reviven los recuerdos?
¿Por qué?
La cristalera menguada la trae acá,
a los pensamientos
a este lugar que jamás fue mío,
donde la existencia no me pertenece.
¡Es suyo!
Donde habita esto, que aun siento.
¿Porque viene a mí? ¿Por qué?
Si ya me había librado de su embrujo,
su dulce mirar, ya la había olvidado.
Estaban arrancados todos los momentos.
Lo había pagado con savia de tormento.
¡Ahora; ¡de nuevo, siento su esencia!
Robando una vez más, todos mis sentidos.