Maria Rial. issisora
Miembro Conocido

Máscaras
carnaval de mentiras
Porqué cubrir mi semblante...
Si mis esferas muestran
halos de frescura, azul de cielo.
Ummm..., destilando lágrimas.
¡Oh!, salina fragancia
hija de tu amor
soy
María... mar… mujer.
Silente musa, acompaña esta transición…
Tu esencia, liberta con hermética simplicidad,
un día incierto.
Mientras, el director de directrices, ordena con sutil reverencia,
un espacio sagrado de vida, lleno de despojos de amor desgastado.
Máscaras, antifaces, carnaval de mentiras caigan.
Halo de frescura… azul de cielo.
Cobija, nutre las risas infantes
entrega la serena paz
de estar en ti presentes.
Nada tengo o quizás todo lo tengo poesía.
¿Quién lo sabe?…
Amor, tanto amor, como granos de sal,
aun no cristalizados, yacen en estos cálidos mares.
Canciones, como silencios reposan hoy, en mis amigos.
Deseo de vivir, la fuerza de saberte conmigo,
espíritu de amor, simple y despierto...
¡Alma mía!
En completa sencillez,
a c o m p á ñ a m e,
que quiero escuchar
otro m a j e s t u o s o
himno de armonía.
Tuya soy vida.
Si, savia que nutres, la beldad del ser,
permíteme engalanar, cada instante con gratitud.
Ya sin querer, interrumpir esta fiesta,
salgo con sigilo...
¡Oh! sopla vida, poesía...
Suelta las máscaras, sueño pesado.
Carnaval de infructuosas pesadillas, desvanécete…
Quizá parezcan buenas, para pasar el tiempo, nutrir el ego.
Mas donde queda un espacio, para lo legítimo,
para honrar la luz, que ilumina estas esferas vivas,
EL FUEGO de lo verdadero, que yace en el interior,
de cada corazón iluminado.
El brillo de esos ojos...
¿Donde nace?
¿De quién es?
¡Dios!
Vida, ternura mía...
No permitas que desgarren el alma... que es legítima.
Porque todo puede la oscuridad esconder,
más aun detrás de las máscaras
quedaran ante ti, descubiertos esos ojos.
Si, ventanas del alma abiertas, para ti espíritu,
camino, verdad, vida,
para disfrutar, el gozo de la verdadera fiesta
de un corazón sin máscaras.
Doy gracias, porque te puedo reconocer amor.
Te sonrío... y contigo sigo mi camino,
hasta que los himnos de Dios despierten,
la verdadera fiesta del corazón
sin máscaras.
Esferas recuerden…
halo de frescura… azul de cielo…
estrellas de vida... dicha son.
Tomo como equipaje
la paz,
con la que dirijo las alas, para llegar,
a los brazos del amor presente.
Musa, acompaña mi camino...
Quizás sea conveniente
conservar un antifaz,
para salir ilesas...
¡Gracias!
Dios
vida, paz
verdad, armonía
amor y lealtad
p o e s í a

ALEGRIA
Maria Rial . Issisora
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