Miedo, ¡maldito miedo!,
que nos llevas al fracaso
que rompes el corazón,
que nos llevas al ocaso;
nos impides ser valientes
o huir de algún abrazo,
que nos hace indolentes
o tener temor al rechazo.
Miedo, ¡maldito miedo!,
miedo a ocultas miradas
que dejan el alma desnuda
a escapar de las llamadas
a dejar la boca muda.
Miedo a juntar las manos
miedo a vivir en la duda,
a sentirnos más humanos
hacer a la voluntad tozuda.
Miedo a sentir piel ajena
espinas que en la piel se clavan
que de la caricia hace pena
verdades que el rostro lavan.
Miedo a confiar o perder
miedo a llorar o soñar
a tener sed y luego beber
a cocinar sin poder aliñar
a querer sin poder ser
y a uno mismo engañar;
ser ciego, pidiendo ver.
que nos llevas al fracaso
que rompes el corazón,
que nos llevas al ocaso;
nos impides ser valientes
o huir de algún abrazo,
que nos hace indolentes
o tener temor al rechazo.
Miedo, ¡maldito miedo!,
miedo a ocultas miradas
que dejan el alma desnuda
a escapar de las llamadas
a dejar la boca muda.
Miedo a juntar las manos
miedo a vivir en la duda,
a sentirnos más humanos
hacer a la voluntad tozuda.
Miedo a sentir piel ajena
espinas que en la piel se clavan
que de la caricia hace pena
verdades que el rostro lavan.
Miedo a confiar o perder
miedo a llorar o soñar
a tener sed y luego beber
a cocinar sin poder aliñar
a querer sin poder ser
y a uno mismo engañar;
ser ciego, pidiendo ver.
