Jorge Toro
Miembro Conocido
Apático, trashumante,
a la deriva en la vida,
andaba, tumbo por tumbo,
sin brújula ni horizonte.
 
Pero un farol encendido
apareció de repente
y me condujo a un sendero
que parecía el edén.
 
Hallé tu rostro, tus ojos,
tu cariñosa palabra;
y unos espléndidos brazos
dispuestos a mi reposo.
 
Cordial, tenaz, sin reserva,
vendaste todas heridas,
me revestiste de besos
y me llenaste de amor.
 
Si lo que vivo es un sueño
impide que me despierte,
consérvame esta utopía,
contigo, ahora y por siempre.
								a la deriva en la vida,
andaba, tumbo por tumbo,
sin brújula ni horizonte.
Pero un farol encendido
apareció de repente
y me condujo a un sendero
que parecía el edén.
Hallé tu rostro, tus ojos,
tu cariñosa palabra;
y unos espléndidos brazos
dispuestos a mi reposo.
Cordial, tenaz, sin reserva,
vendaste todas heridas,
me revestiste de besos
y me llenaste de amor.
Si lo que vivo es un sueño
impide que me despierte,
consérvame esta utopía,
contigo, ahora y por siempre.
 
				 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
                                