Más o menos por aqui viven.
El amor prohibido de dos Sirenas.
Kastole y Graniachi vivían en lo más hondo del mar. Pasaban, como sus ancestros, la vida ocultándose de los humanos; aunque estos eran parientes lejanos.
En las reuniones tribales a mas de 12000 metros de profundidad, al costado del acantilado que dio origen a la inmensa isla de Madagascar, se miraban y sentían lo mismo. Sus extremos en la cauda, se tornasolaban y a veces tenían que esconder sus puntas a la mirada de sus clanes.
Este signo de color distal es como se excitan estos seres increíbles. Ambos pertenecían a familias divergentes y no les tocaba aparearse entre sí.
Graniachi, la muchacha sirena, odiaba a su prometido, o tal vez no, pero rechazaba los momentos en que tenía que pasar con el, solo pensando en su amado Kastole.
El Jeke de la tribu, advirtiendo el problema, le envió a la superficie de castigo durante 400 años.
Solo por curiosidad, a veces era vista por humanos y estos narraban muchísimas e incrédulas historias como ya hemos visto.
Algunas amigas solían acompañarle de vez en cuando en su castigo.
Pasó el tiempo y aunque no pudo ver más a su amado, fue adaptándose a observar, al menos de lejos a los humanos.
Un día, de madrugada sentada en una roca y mientras peinaba su cabello con un cepillo de corales, advirtió una voz, o más bien un gruñido conocido. ,,;Pero venía de la tierra, así que ese sonido, que solo le hacia su otrora amado Kastole, no podía ser posible.
Se volvió y vio acercarse a su hombre...o su sireno completamente desnudo.
Salto al agua hasta la cintura y él le dijo:
- ¡Graniachi!!!. Espera, soy yo. Déjame explicarte:
He procurado por los últimos doscientos años atraerte a la superficie. No encontré vida en nuestro medio sin ti y alguien en la tribu, el mismo que te castigo, me dio pociones que aquí me trajeron.
Sus ojos se llenaron de alegría y se tornasoló de pies a cola.
El se incluyo en la sal del agua y se fundieron en un beso.
No sé como hicieron el amor, pero el que me conto esto; me dijo que observaba de muy cerca y la luz de la luna le permitió ver que azules se fundían en una pieza, es por eso que me jura, que esa noche Kastole y Graniachi, hicieron el amor aguas adentro.
Vampi