House28
Miembro Conocido
Qué violentas son las cenas
de espíritu navideño
donde se cruzan miradas
tan frías como el acero
La gala viene cortada
mientras se masca en silencio
en busca de una trampilla
que sirva como pretexto.
Alicia y Juan no se tragan
y lo escriben en el viento.
Fue una campaña terrible
con intereses por medio.
Ahora se pide tregua
porque llega el año nuevo
y aunque brinden con champán
es palpable su recelo.
El bueno de Celedonio
que sigue siendo un misterio
no levantará su copa
porque dice ser abstemio.
El adulador de turno
acorde con el momento
se pone al lado del jefe
para buscar el ascenso.
Y yo, sin perder detalle,
disimulo como puedo.
Me trago el último sorbo
y me dirijo al aseo.
El aire está enrarecido
y se respira veneno.
Quisieran irse de naja
pero se aplican al cuento.
En un lapsus prudencial
se terminó mi rodeo
y retomé mi sillón
pulido como un poliedro.
Las flores ya se han ajado
porque el ambiente es muy tenso.
Fuera en la calle, ni un alma,
hace una noche de perros.
Apuro más el café
para calentar mi cuerpo
mientras se va haciendo tarde
y ya me voy despidiendo.
Por una larga avenida
vacía como el desierto
camino como un carámbano
y nadie sale a mi encuentro.
¿Cómo he llegado hasta aquí?
¡no consigo ni creerlo!
Veo las luces de un taxi
que me conducen al cielo.
House28
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