Subí a la ermita
para pedirle a la virgen,
por vos y por mi,
a decir mis oraciones.
No siendo yo muy devoto,
evito aglomeraciones.
Pero la virgen no estaba,
me recibió el cura,
ese que siempre procura:
Mantener alejado al hereje,
acercarse al ateo
y calmar al mentecato,
todo sin romper ningún plato.
Pero ya de bajada pensé;
la virgen estará ocupada.
No me paré a la sombra de la encina,
si a los pies de un alcornoque,
por sus ramas a la copa subí.
Y no te cuento lo que vi,
pues has de aprenderlo por ti.
								para pedirle a la virgen,
por vos y por mi,
a decir mis oraciones.
No siendo yo muy devoto,
evito aglomeraciones.
Pero la virgen no estaba,
me recibió el cura,
ese que siempre procura:
Mantener alejado al hereje,
acercarse al ateo
y calmar al mentecato,
todo sin romper ningún plato.
Pero ya de bajada pensé;
la virgen estará ocupada.
No me paré a la sombra de la encina,
si a los pies de un alcornoque,
por sus ramas a la copa subí.
Y no te cuento lo que vi,
pues has de aprenderlo por ti.
								
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