Se pasa sin apenas dejar huella...

[Francisco Escobar Bravo]

Se pasa sin apenas dejar huella
la inmensa mayoría de su paso.
Se nace, luego el cénit y el ocaso
le llega a cada cual según su estrella.

Vivir para luchar, siempre en querella,
locura colectiva que al fracaso
al Rey puede llevar como al payaso
en príncipe tornar según sea ella.

La suerte ha predispuesto nuestra vida
a impulsos del Destino caprichoso,
trazado desde el punto de partida

está nuestro camino y es ocioso
luchar por mejorarlo. Decidida,
tal senda hemos de andar, nos es forzoso.​

 

[Caballo Negro]

Hermoso poema Francisco....en la cual dejas pensando que aunque uno no quiera ....deja huellas sin darse cuenta ...es la esencia humana....queramos o no ...un abrazo

 

[Francisco Escobar Bravo]

Perdóname, querida Maru, pero creo que has malentendido totalmente mi poema.
Precisamente, lo que vengo a decir en él es que la mayoría de las personas pasamos sin dejar ni rastro.
Y reconozco que soy fatalista, opino que cada uno marcado su Destino desde su nacimiento.
Lo habrás leído demasiado rápidamente, amiga mía. No importa.
Muchas gracias y muchos besos.
Francisco

 

[José Luis Blázquez]

Reflexivo soneto, en el que admites que contra el destino no se puede luchar. Hay veces que parece ser así...

Un abrazo.

 

[Francisco Escobar Bravo]

Una postura tal vez demasiado fatalista pero muy real, querido José Luis.
Muchas gracias por tu tiempo, amigo.
Abrazos.
Francisco

 

[Jorge Toro]

Tu poema es una completa aceptación del destino como algo predeterminado desde un principio, contra el cual es inutil luchar.

Discrepo mucho de esa convicción, pero tu obra es bien agradable en su lectura, incluidos sus reiterados encabalgamientos..

Un abrazo.

 

[Francisco Escobar Bravo]

Fíjate en lo absurdo de nuestra discrepancia, querido Jorge.
Yo soy creyente y tú no, por comentarios pasados. Sin embargo, mi creencia en lo del libre albedrío - uno de los puntales del cristianismo - es casi nula mientras tú sí pareces creer en él.
Cosas incomprensibles, pero suelen suceder. Está visto que estamos condenados a no ponernos nunca de acuerdo en nada, excepto en escribir ambos magníficos versos..
Muchas gracias, compañero.
Recibe mi más afectuoso abrazo.
Francisco